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Europa League | Atlético de Madrid

Las calles de Madrid se tiñeron de rojiblanco

Hasta cien mil personas acompañaron al Atleti en su paseo triunfal.

Actualizado a

Madrid se tiñó de rojiblanco y se sintió orgullosa del Atlético en una celebración que duró más de cuatro horas. En los festejos de la conquista de la Europa League de Bucarest, se calcula que hasta cien mil personas pudieron acompañar al equipo a lo largo de su recorrido entre el Vicente Calderón, la Almudena, el Ayuntamiento, la Comunidad y Neptuno.

A lo largo del trayecto, cuyo punto de partida fue el estadio colchonero, todas las calles estuvieron repletas de camisetas, banderas y bufandas del Atlético. Tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad, todos los empleados y autoridades animaron al equipo para conquistar su cuarto título europeo el próximo 31 de agosto en Mónaco en la Supercopa de Europa de 2012 (ante Chelsea o Bayern, el vencedor de la Champions): "¡Queremos verles aquí el 1 de septiembre!". Y es que en ambos lugares se tiene muy fresco en el recuerdo las dos fiestas rojiblancas que tuvieron lugar en 2010 tras las conquistas de la Europa League de Hamburgo y la Supercopa.

El momento memorable de la tarde fue cuando el autobús del equipo llegó a Neptuno. De la plantilla de la Europa League de 2010, sólo permanecen seis jugadores (Perea, Antonio López, Salvio, Domínguez, Asenjo y Assunçao) y para todos los demás (salvo Godín, Mérida y Mario, que llegaron para la Supercopa) era la primera vez que saboreaban el éxito con la camiseta del Atlético y que descubrían la famosa tradición de celebrar junto a la estatua del dios marítimo.

Los jugadores, desde su autobús descapotable, tomaron vídeos y fotos de la muchedumbre que les recibió con cánticos de celebración. Además, la fiesta tuvo un invitado de honor: Carlos Jean. El celebre músico hispano-haitiano, reconocido seguidor rojiblanco, hizo de disc jockey y puso toda la música a las celebraciones.Antonio López hizo de speaker en la celebración de Neptuno y fue presentando uno por uno a los jugadores del Atlético a la hinchada madrileña. El capitán del Atlético mostró su gracia a la hora de hablar de los futbolistas que han ganado la Europa League. De Falcao dijo irónicamente que "es el grande de la noche, pero que no le hace un gol a nadie. Todos quisiéramos que fuera español, pero no lo es. Radamel Falcao", y los seguidores del Atlético se volvieron locos y cantaron lo del "Radamel te quiero". Cuando presentó a Adrián, la gente coreó durante un buen rato lo de "Adrián Selección".

"Ahora viene el Beckham turco, el que todos queremos con nosotros. Arda Turan" y el futbolista salió al escenario con la bandera de su país. De Filipe Luis señaló que es el "brasileño que se quiere nacionalizar español y dueño del lateral izquierdo cuando yo le dejo". "Ahora viene otro capitán, el más seguro en el centro del campo y además es mi amigo, Gabi". La gente aplaudió las ocurrencias del lateral izquierdo rojiblanco.

El momento cumbre llegó poco después, ya cerca de las 21:00 horas, cuando Antonio López se subió a Neptuno y le colocó la bufanda del Atlético, ante el delirio de los seguidores rojiblancos. Pero el grito más coreado por la hinchada fue durante toda la tarde fue el de "Diego quédate", en alusión al centrocampista brasileño y su futuro. "Es el que más calidad tiene de la plantilla cuando le dejo yo", comentó en su tono jocoso el capitán rojiblanco. Al referirse a Perea, que ya anunció su marcha del club, Antonio López recordó que es el extranjero con más partidos de la historia en el Atlético y " todo un ejemplo", y la afición coreó su nombre y el de Antonio López, en homenaje a los dos capitanes.

Los jugadores se acercaron a Neptuno mediante una pasarela y la hinchada aplaudió la aparición, uno por uno, de todos los integrantes del equipo. Simeone fue de los más aplaudidos por la afición: "Me he emocionado y he llegado a llorar, sí. Es un momento para festejar. Yo estoy orgulloso de mis jugadores", dijo el técnico, al que la hinchada le coreó lo del "ole, ole, ole, Cholo Simeone". El técnico disfrutó mucho.

A lo largo de la celebración, nunca se perdió de vista el último partido oficial de la temporada: el vital encuentro ante el Villarreal que, en caso de empate o derrota del Málaga, podría significar redondear la temporada clasificándose para la Champions. Por ello, los jugadores apenas consumieron bebidas alcohólicas, ya que sólo tienen hoy y mañana para preparar la importante cita liguera. No dependen de sí mismos, pero la plantilla tiene fe en lograrlo.