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Liga BBVA | Espanyol

La temida ley concursal planeó sobre el Consejo

Las ventas de verano y un crédito de dos 'kilos' la evitarán

Actualizado a
<b>TIEMPOS DE REFLEXIÓN. </b>Ramon Condal, ante una señalización de obras, en la Ciudad Deportiva.
Carlos Mira

Semanas antes de dejar la presidencia, el pasado 20 de junio, Dani Sánchez Llibre sentenciaba: "El Espanyol nunca entrará en ley concursal". Lo secundó su sucesor, Ramon Condal, en una entrevista a los diarios deportivos el 13 de noviembre: "No queremos entrar en ley concursal. Al menos, mientras estemos nosotros, el Espanyol no irá nunca". Entretanto, el 2 de septiembre, fue Joan Collet, consejero delegado, quien afirmó que "no haremos nada que conduzca a la ley concursal". Es la palabra maldita, cuyo fantasma planeó sobre una de las últimas reuniones del Consejo de Administración, hace unas semanas. Por ahora, afortunadamente, todo queda en una amenaza que se podrá evitar con diversas vías de escape.

Si la expresión ley concursal apareció de pasada en el Consejo fue porque paulatinamente han ido desapareciendo, los avalistas dentro de la directiva que antes afrontaban cualquier situación adversa. También porque no cada año se puede programar una ampliación de capital como la de 2011, y esta vez tampoco se pudo salvar in extremis la economía con ventas en el mercado de invierno. Para hacer frente a los imprevistos actuales, y para que la amenaza de la ley concursal se esfume, Condal se vio obligado a pedir en fechas recientes un crédito por valor de dos millones con el que refinanciar una parte de la deuda; el pago de sus intereses correrían a cargo del Espanyol, pero a cambio se ganará tiempo. La venta de parte de los derechos de tres futbolistas (Álvaro Vázquez, Héctor Moreno y Jordi Amat) a un fondo de inversión inglés sigue en stand-by, lo que forzó a pedir ese crédito.

Más importante aún que esos dos millones son las ventas de jugadores que se harán en verano, impepinables a todas luces para sostener la economía. Y también un paso más en la política de reducción de gastos en la plantilla (el famoso límite salarial, que empezó a solventarse en las salidas de Jesús Dátolo y Carlos Kameni). El coste salarial en el Espanyol ha ido descendiendo en las tres últimas campañas, de los 35 millones destinados al primer equipo en la 2009-10 a los 25 actuales. Sumando las amortizaciones de todos los trabajadores, sin embargo, el coste se sitúa cerca de los 40 millones anuales, cuando los ingresos de explotación apenas superan los 45.

Tampoco hay que olvidar que, siguiendo las instrucciones de la directiva a principios de curso, este próximo 30 de junio la deuda debería reducirse en 13 millones respecto a 2011, de 148 a 135.

Otro caballo de batalla del Consejo es el pago de salarios, tanto a los jugadores como al resto de empleados. Y las primas de la pasada campaña, a fin de evitar denuncias de quienes puedan ser traspasados este verano. Llegan semanas de cumbres, reflexiones y negociaciones.