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Final Europa League | Atlético - Athletic

Atlético-Athletic, fiesta familiar en Bucarest

Mayoría vizcaína: acudirán 13.000 leones por 10.000 colchoneros

Actualizado a
<b>TRABAJARON EN EL ESTADIO NACIONAL</b> Atleti (en la foto) y Athletic se entrenaron ayer en el estadio Nacional de Bucarest, inaugurado en septiembre de 2011 y digno escenario de una final. Con capacidad para 52.000 espectadores, el atroz reparto de entradas de la UEFA puede provocar que hoy no se llene.
afp

Bucarest está a 2.481 kilómetros de Madrid y a 2.322 de Bilbao; en línea recta, que no es plan de dar rodeos porque, aunque se esperan 23 grados a la hora del partido, no se descarta que llueva. Allí disputarán la final de la Europa League­ dos familiares, Atlético y Athletic, una fiesta rojiblanca con matices. Los que ha provocado la UEFA con su absurdo reparto de entradas: en un estadio para 52.000 espectadores, sólo se esperan 23.000 hinchas de los implicados (10.000 colchoneros y 13.000 leones). Un sinsentido.

En fin, volvamos a la fiesta. Hace dos años, el Atleti era el Athletic, el club histórico que regresaba a una final europea tras mucho tiempo. Los madrileños tardaron 24 años, desde la Recopa contra el Dínamo de Kiev en el 86; los vizcaínos han esperado 35, desde la UEFA del 77 ante la Juve. Pero han llegado a lo grande. Deslumbrando en Old Trafford y seduciendo a Europa con el modelo Bielsa. Si en toda final hay un favorito mayoritario para el espectador neutral, el de hoy parece ser el Athletic.

Esto no altera al Atleti, que disfruta de una felicidad más calmada tras un torneo implacable: once victorias seguidas para llegar a la final. Aquel triunfo sobre el Fulham acabó con la ansiedad acumulada y, aunque fiel a su naturaleza inestable ningún titular en Hamburgo repetirá hoy, espera que esa experiencia juegue a su favor.

Simeone no inventará. Mismo punto flojo: un doble pivote, Gabi y Mario, justito de fútbol. Misma incógnita: Godín y Miranda a balón parado. Y mismas virtudes: sus notables laterales, Juanfran y Filipe, y su sobresaliente ataque. Diego es el cerebro; Arda, el ingenio; Adrián, el desequilibrio, y Falcao, la pegada. No le falta de nada.

Tampoco a Bielsa, en realidad, que ha encontrado en la plantilla del Athletic el laboratorio idóneo para trabajar su modelo. Jóvenes brillantes que aún están dispuestos a aprender a cualquier precio. El precio es una intensidad desmesurada. El premio, un equipo admirable y reconocible cuando gana y cuando pierde. Llorente centra merecidamente las miradas, pero las temporadas de Muniain, De Marcos, Herrera, Iraola y Javi Martínez (opositando al puesto de Puyol en la Euro) son también para enmarcar.

En la Liga, cada uno fue claramente superior en su estadio. El desempate en campo neutral se antoja fabuloso. Europa observa. Que gane el mejor.