"Los partidos contra el Madrid eran una fiesta"

Treinta y seis años de la última vez, Luis

Fue una muy dura porque nos acercó mucho al descenso. Marcó Macanás al principio de la segunda parte y Breitner nos apuntilló. Se fue solo desde el centro del campo.

Esta Liga tiene similitudes con el último descenso...

Ni me lo recuerde. Necesitábamos dos puntos en cuatro partidos y los perdimos todos. Espanyol, Valencia, Madrid y Zaragoza. Fue horrible. Caían las derrotas de forma imparable. Hasta Grande se marcó en propia puerta, estábamos gafados.

¿Cómo era aquel Madrid?

Un equipazo. Tenía grandes jugadores. Pirri, Amancio, Del Bosque, Velázquez... Era un placer verlos jugar y enfrentarse a partidos de esa talla.

En aquella época también mordió el polvo en Los Cármenes.

En nuestro estadio era muy difícil ganar. Todos los equipos, sin excepción, perdieron en Granada en aquellos años. Éramos un gran equipo, con calidad, que jugaba muy bien, aunque lamentablemente se nos recuerde por emplearnos en el campo. Es injusto.

¿Cómo se vivían en la ciudad los días de partido contra el Real Madrid?

La ciudad se volcaba. Eran días increíbles. Parecía que sólo había fútbol. Para nosotros siempre eran una fiesta los partidos ante el Madrid.

¿Había tanta diferencia entonces como ahora?

En el Madrid y el Barcelona siempre han estado los mejores jugadores y han sido los mejores clubes. Pero es verdad que antes teníamos mucha confianza en nosotros y nos sentíamos capaces de ganarles jugando como locales.

Antes eran de otra pasta

No crea. El fútbol ha cambiado mucho en la envoltura y en algunos matices. Pero en la esencia es lo mismo: son once contra once con una pelota en la mitad y gana el que mete los goles.

¿Se le puede ganar?

Por supuesto. Cuando un jugador sale a la cancha tiene que pensar de forma positiva o está perdido. El Madrid es un equipazo pero la tensión no es la misma cuando sales campeón de Liga. Llegan de festejar...

¿Qué necesita el Granada para tener opciones?

Tener intensidad, tener puntería, tener fortuna y que el Madrid no tenga su mejor día. Necesita un día redondo. Pero con fe se puede lograr.

Debió ser duro retirarse con 26 años.

Me partí la tibia y el peroné y después tuve mala suerte en las operaciones, y eso que me operaron los mejores traumatólogos del momento, pero ya ve. También fui profesional con 17, así que pude hacer carrera.

Usted debutó con Vélez en el campo de River y marcó.

Debuté con 17 años y fue un sueño hecho realidad. Cuando marqué en la cancha del eterno rival salí a correr como un loco. Si no me detienen, aún estoy corriendo.

¿Ha invitado al Madrid a su restaurante?

Ya estuvo aquí cuando se inauguró el estadio Los Cármenes en 1995. Estuvo toda la plantilla y fue inolvidable. Es inevitable confesar que soy blanco desde pequeño.

Si el Real Madrid fuera un plato, ¿Qué sería?

Un delicioso rabo de toro, de los que guisamos aquí. Es potente, tiene personalidad y se lo lleva todo por delante.