Liga BBVA | Espanyol
Europa es una quimera
El objetivo está a cuatro puntos. Se repiten los mismos números que las últimas tres campañas. El proyecto es de 'supervivencia'.
Europa se le resiste al Espanyol por tercer año consecutivo desde que el binomio Mauricio Pochettino y Cornellà-El Prat se asociase a la entidad. El empate agónico del Atlético de Madrid en Sevilla deja los puestos europeos a cuatro puntos (hay nueve en juego), un auténtico imposible que confirma la decepción de aficionados, jugadores y técnicos después de perder ante el Sporting (0-3) y de prolongar la racha negativa en la segunda vuelta del campeonato. Unos factores que se repiten en el tiempo y que invitan a la reflexión del proyecto de club, anclado únicamente en la supervivencia. "Tenemos que estar en Europa cada dos o tres años", repitieron desde el Consejo con recurrencia a lo largo de las últimas temporadas.
Pero lo cierto es que Europa se ha convertido en una quimera para el Espanyol. El proyecto económico y deportivo se ha basado en reducir la deuda y apretarse lógicamente el cinturón. Tener un nuevo estadio tiene un precio y obliga a ello. La economía es, en parte, víctima de su popio tesoro, Cornellà-El Prat. Eso conduce a obtener ingresos extraordinarios y sólo hay un camino: la plantilla. El proyecto deportivono puede ser ambicioso: se basa también en la supervivencia futbolística porque no tiene continuidad. Cada temporada pasan jugadores y debutan canteranos. De la primera plantilla de Mauricio Pochettino, la que se configuró en la campaña 2009-10, sólo continúan siete futbolistas (Baena, Cristian, Forlín, Javi López, Javi Márquez, Amat y Verdú). De ellos, sólo tres jugaron el sábado, por ejemplo.
La inestabilidad de las plantilla, unida a su juventud, desembocan en el segundo protagonista de los tres años de vida de Cornellà-El Prat: Mauricio Pochettino. Sus tres temporadas han sido relativamente similares, a expensas de lo que suceda en las tres jornadas que quedan en juego (Granada, Barcelona y Sevilla). La primera campaña, la 09-10, el Espanyol finalizó undécimo, con 44 puntos. El equipo apenas sufrió aunque no certificó la salvación hasta el tramo final. El curso siguiente, el 10-11, fue de dos caras, un clon del actual. Después de una primera vuelta esplendorosa en la que Europa parecía una opción palpable, el equipo fue a menos y perdió todas las opciones en una segunda vuelta horrorosa, debido supuestamente a las ventas y las lesiones. El equipo finalizó la Liga octavo, con 49 puntos, más cerca del descenso (43) que de Europa (58).
Y este curso, la historia se repite cuando la plantilla tuvo una inyección de calidad en febrero, con los fichajes de Kalu Uche y Víctor Sánchez, y la cesión de Coutinho. Pero al equipo le ha faltado competitividad, no ha estado a la altura y el técnico mo ha podido darle un giro a la trayectoria. Europa sigue siendo una palabra mayor para el proyecto actual, que es el de la supervivencia.