Bordalás se juega su continuidad ante el Villarreal B

Hace menos de tres meses, el Elche era líder y daba la impresión de navegar a velocidad de crucero por las aguas de la Segunda. Era el rival a batir. Decían los adversarios de buen perder que era un ejemplo a seguir por su carácter competitivo y la fe que demostraba en cada palmo de terreno. El equipo de Bordalás pasaba como un rodillo por encima de sus oponentes. Llegaron las adversidades: lesiones, fallos arbitrales, sanciones, desgracias Un cúmulo de circunstancias que han provocado que el Elche que encara el mes de abril sea un conjunto plano, sin chispa y lleno de dudas. Bordalás está, ahora más que nunca, en la cuerda floja y todo lo que no sea ganar en la Ciudad Deportiva de Villarreal le costará el puesto. Tan duro y frío como real. El tiempo se agota y, sin resultados, el crédito también.

El Elche sigue con esa lucha contra sí mismo. Una batalla que, de momento, le tiene lejos del playoff, aunque no descartado. Con lo propuesto en los precedentes anteriores es una misión poco menos que imposible. El equipo busca reencontrar su fútbol y la reacción se ha buscado esta semana cambiando hábitos para variar la dinámica. Del circuito de karts, a la comida en grupo y hasta los baños termales, ayer, para reflexionar sobre los errores cometidos.

Variaciones. Los cambios van a afectar incluso al esquema de juego en el encuentro de esta jornada. Bordalás le dará un nuevo giro de tuerca y apostará por mantener el trivote en el centro del campo con la movilidad de tres atacantes por delante. Ángel, centro de la polémica estos días por la indisciplina que le llevó a llegar tarde al partido ante el Huesca, apunta al once con Bille y Xumetra.