Un avión en Heliópolis

Exponer los peligros que acechan al líder en cada partido se ha terminado por convertir en el cuento del lobo. Nunca aparece la fiera. Los equipos en racha dejan de estarlo cuando se enfrentan al Madrid y los terribles estadios que pueblan el inconsciente colectivo del madridismo se rinden al contacto con un adversario que igual puede ganar por talento, por músculo o por convicción. Las cifras son apabullantes: seis goles marcados en La Romareda y en el Pizjuán, cuatro en Cornellà y en Málaga, tres en Mestalla y El Molinón El resultado es que el Madrid no pierde fuera de casa desde el 17 de septiembre y no empata en Liga desde el 21 del mismo mes, cuando Levante (1-0) y Racing (0-0) aprovecharon unos titubeos que no han vuelto a repetirse.

Cómo conceder opciones al Betis ante semejante estadística. Cómo pintar un infierno en verde y blanco cuando el Madrid camina de volcán en volcán sin quemarse la suela de los zapatos. Difícil, desde luego. Ni siquiera los virus jugarán a favor del anfitrión: Cristiano, moqueante durante la semana, se ha quitado la gripe como quien se arranca un punto negro, si es que tal cosa prende en su envoltorio de Apolo. Jugará de inicio y quién sabe si la enfermedad no le habrá afinado la sensibilidad de los empeines, porque estas cosas siempre pueden ir a peor.

Tampoco Carvalho podrá echar una mano (al Betis). Pepe regresa cumplido el ciclo de tarjetas y formará en el centro de la defensa con Sergio Ramos, un sevillista en Heliópolis. Cómo si encima necesitara estímulos. Contra ellos se peleará Jorge Molina en un desigual combate que achantaría al más feroz de los gladiadores. Y si todos esos obstáculos fueran superados, todavía habría que saltar a Marcelo, Xabi, Özil, Kaká, Higuaín y Casillas.

Entre esa retahíla de genios, Higuaín volverá a tener papel principal. Su debut como madridista lo hizo ante el Betis, en Copa, y en su último enfrentamiento consiguió un hat-trick. Sumado su doblete contra el Espanyol, todo pintaría bien si no fuera porque Benzema vuelve a oscurecerle el horizonte. El francés entró en la convocatoria y podría disfrutar de unos minutos, quizá como ensayo general a la visita del CSKA en la Champions, el próximo miércoles. Después de tanto tiempo ya conocemos las querencias de Mourinho. No hay más que observar cómo ha desaparecido Granero (por Khedira) de los partidos que rascan.

Duelo.

En otras circunstancias habríamos incluido entre las ventajas del Betis ese partido de Champions que asoma con resultado incierto (1-1). Pero ni a eso nos atrevemos ya. Si algo ha demostrado el líder es que ambición y distracción son términos contrapuestos. El choque, por tanto, será sin escudo: el Betis y su gente contra los elementos. Sin argucias porque no se conocen. Cara a cara y el balón por allí.