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REAL MADRID 4 - RACING 0

A 13 sin sudar

El Madrid gana sin despeinarse a un Racing muy justo de fuerzas y talento. Cristiano abrió la lata al inicio e igualó a Juanito como goelador madridista. Benzema hizo el segundo y cerró la cuenta. Reapareció Di María con una obra de arte.

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A 13 sin sudar

Jugar en estos tiempos en el Bernabéu para cualquier equipo que no vista de blanco es como ir a la guerra con cerbatana. Si el Madrid no te aplasta, lo más normal en esta era; como mínimo te gana. Da igual el cómo y el cuándo. Lo importante es la regularidad con la que lo hace. Ante el Racing, al ejército de Mourinho le bastó con encarrilar el partido de salida y esperar con paciencia las torpezas de su rival y los resquicios entre su muralla. De no haber estado Marcelo al principio y Di María al final, podría parecer que durante muchos momentos lo hizo con pereza. Sin el nervio de otras noches ni la pegada recordada. Sin embargo, no se asusten. El hambre sigue intacta. Faltaron obstáculos y retos a los que sobreponerse para mostrar el mejor repertorio.

La lentitud del Madrid en la circulación desde el tanto inicial, o su falta de tino frente a Toño, tuvo que ver más con la decisión de empezar cuanto antes la tabla de ejercicios de recuperación con vistas a la próxima cita de Moscú. Allí está el oro que lleva a la Décima. Un plan que permitió a Mourinho no hacer cambios dosificadores con la urgencia deseada y que se acentuó con la superioridad numérica regalada por la roja de Cisma. Si el Madrid mandaba frente a once, fue el dueño contra diez. Para dejar a 13 puntos de distancia al Barça, el equipo blanco no necesitó exigirse. De hecho, el tanto de Cristiano llegó tras un simple rechace de cabeza a disparo de Kaká, el segundo tras una falta sacada sin avisar por Xabi Alonso culminada por Benzema y el tercero por una perdida ajena imperdonable. Cuando no aparece el toque, surge la pillería.

Toño se llevó más de los que mereció

El 1-0 acabó en la mismísima línea tras un centro del brasileño y, ojo a navegantes, en posición legal. Poca belleza, demasiada carambola y mucha testosterona para las costumbres de Cristiano. Quizás, ni siquiera esto fue lo que pareció y la factura cañí del tanto estaba premeditada para servir como homenaje al gran Juanito, al que CR7 igualó como goleador madridista. Antes y después de estar resuelto el envite, el propio Cristiano, Benzema y Marcelo pudieron matar la mínima emoción existente antes del descanso que suele tener cualquier marcador ajustado. Pero el '7' se encontró con la madera y sus socios con Toño, cuya actuación proporciona una alegría inmensa al Racing a pesar del resultado: su futura venta sanadora añade ceros sin parar.

Del Racing poco hay que decir, porque poco se le puede reprochar. Ésta no es su batalla. Sólo su pesadilla anual. Sin dinero y con tantas bajas, se esperaba lo que ofreció. Toño notable, una defensa corajuda y justa de calidad, atletas por mediocentros y un ataque de otra categoría, seguramente menor. Únicamente se le pueden reprochar unas pinceladas para corregir en el futuro. Una: si sueñas con puntuar en Chamartín vale que encajes al principio. El rival es superior. Pero hacerlo también al final del primer tiempo denota falta de inteligencia para dormir el encuentro. Dos: si has de ver una tarjeta frente a un grande, que sea por impedir una acción peligrosa. Por agresividad. Las manos de Cisma, computadas por una roja, sobraron; como también sus crónicos despistes defensivos. Y ya de paso, y por último: que el que ha fichado en invierno no repita en el verano. Su ojo da dentera.

Di María añade más buenas noticias

Con el 2-0, el encuentro perdió luz. Y no sólo por el apagón sufrido durante unos minutos en el estadio. Özil se marchó y con él las probabilidades de ver algo nuevo. Sin embargo, el duelo ganó chispa. Entró Di María, en cuyo manual de juego no existe la paciencia ni el conformismo. Cada vez que toca el balón es para encarar y retar a sus adversarios. El argentino aparece en el momento preciso, cuando se deciden los trofeos. Él hizo el tercero con una de sus típicas jugadas que nacen en un pico del área grande y que muere en la escuadra.

A la estirpe del 'Fideo' también pertenece Ramos. De ahí que el lateral fuera uno de los que más veces y con más razones buscara aumentar la renta. Su cabeza es un martillo pero no tuvo fortuna. Así, de esta suerte, también pudo meterse el Racing en el partido. Torrejón sólo asustó a Casillas. Perdió su ocasión de oro y el Madrid volvió a castigarle. Benzema se encontró un error del Racing en la salida del balón y se ensañó con Toño. Ahí se culminó una goleada que hunde al Racing en la tabla y desvirtúa la caza del Barça. Este Madrid ya tiene cita en Cibeles.