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Liga BBVA | Real Madrid - Levante

Noche de sentencia: el partido vale diez puntos

Una victoria del Madrid ante el Levante le hará campeón virtual

Actualizado a
Noche de sentencia: el partido vale diez puntos
carlos martínez

El Real Madrid juega hoy para ponerse diez puntos por delante del Barcelona y para sentenciar virtualmente el campeonato. Nada menos. La visita del Levante adquiere, por tanto, una importancia extraordinaria. Nunca, como esta noche, su camiseta resultará tan parecida a la del Barça.

En principio (y en final), todo juega en favor del Madrid. Si la confianza era el primer enemigo para el partido de hoy, la confianza se esfuma y prevalece el entusiasmo desbordante. Cuesta creer que a un equipo tan carnívoro le vayan a atacar ahora los nervios. Al contrario. Lo que se presentaba como un ejercicio casi gimnástico se transforma, por obra y gracia de Osasuna, en una batalla fundamental, de las últimas que librará el Madrid en la Liga.

En las horas previas al aluvión, al Levante le queda el orgullo de haber sido el único equipo, junto al extinto Barça, que ha vencido al líder. Fue en otra vida, en la primera vuelta. Ahora, tres puntos de 18, sin triunfos en 2012. Y pese a todo, cuarto. Un respeto, por lo tanto. Veremos si se lo tiene el Madrid.

Para el anfitrión, ni una sombra. Volvieron a la lista Carvalho y, especialmente, Khedira, revalorizado esta semana por el papel cuché. Lass, Di María y Marcelo se quedaron fuera, al igual que Altintop, por si alguien le echa de menos. La duda, Benzema o Higuaín.

El resto son meras anécdotas. Mourinho compareció en conferencia de prensa con un corte de pelo radical que dice mucho de su radical personalidad. Para él, como para otros que así actúan (Manolete, por ejemplo), el pelo es tan intrascendente como la rabadilla y el rapado garantiza meses de despreocupación capilar. Es curioso: hay gente que admira el pelo de Mou y Mou admira el pelo de Yul Brynner.

Humor. El técnico, no obstante, no debió quedar contento con el corte (y se entiende). Su humor no se correspondía con el de un entrenador que lidera la Liga con siete puntos de ventaja (a esa hora). Ni siquiera le animó la presencia y protección del fiel Paramés. Tampoco tuvo a bien resolver las dudas sobre su futuro, ese flirteo indignado que tanto practica.

El juego ha cambiado. Si el Madrid vence, la intriga no será quién gana la Liga, sino cuántos puntos de ventaja sacará al Barça y dónde le harán el pasillo al campeón. Contra eso juega el Levante. No sólo contra la versión más ofensiva del Madrid, sino contra un estadio que no espera fútbol, sino fiesta, celebración, casi orgía. Con la que está cayendo.