El PSG ha dejado fuera de las semifinales al Barcelona

El Barcelona no pasó en la tarde del jueves del empate ante el PSG y se quedó fuera de las semifinales de la Al Kass International Cup Sub-17. Estaba obligado a ganar a los franceses, que con el empate terminaron con los mismos puntos que los culés (en un grupo de tres) pero que acceden a las semis por la diferencia de goles a su favor, ya que ganaron al Al Ahly por 9-0 mientras que el Barça lo hizo por 3-0. Los catalanes sólo optan ya al quinto puesto.

Es justo exponer que la disposición de los grupos les perjudicó. El PSG y el Barça son los dos equipos más fuertes, probablemente, del campeonato. Sólo se clasificaba el primero, habiendo un grupo de cuatro en el que se clasifican dos (probablemente la Juve se beneficiará de ello, a pesar de perder contra los japoneses del Kashima, primeros ya matemáticamente). Y también es justo reconocer el esfuerzo encomiable de los españoles, que con más calidad que los franceses sobre todo en el centro del campo, chocaron contra un equipo que era una roca físicamente, con cuatro jugadores en la parte de arriba, Kingsley, Mousa, Hervin y Mickael, que bien podrían ser útiles en algún equipo de la Primera francesa (por físico y calidad), capaces de dotar a la última jugada de un cambio de ritmo y una efectividad que terminó con las aspiraciones blaugranas.

Fue precisamente ese brío físico el que desconcertó al Barça en los primeros minutos. El PSG pegó primero y demasiado pronto, en el minuto 6: Kinsley marcó tras una vertiginosa diagonal con el balón conducido.

El técnico francés sacrificó la creación para tapar a los dos jugones del Barça, Joel Huertas y Simón Colina, ambos ahogados por sendos marcajes al hombre. Pero los catalanes leyeron bien la situación y los centrales empezaban la jugada conduciendo el balón y yendo arriba. Y en medio del desconcierto culé llegó el empate de Sandro en el 15'. Recogió un balón suelto, se perfiló con un toque y batió a Mike de un disparo seco. Sandro demostró tener un gran futuro. Tiene el gol en la sangre y se le nota en la determinación con la que se mueve de cara a portería y en la calidad de su golpeo. Fue elegido MVP del partido a pesar de jugar medio lesionado.

Animado por el empate el Barça empezó a empujar más que a jugar. Y fue precisamente el pequeño Simón Colina quien aprovechó un despiste en la marca de su par para colocar el balón con inteligencia en la red en el 36'.

El Barça intentó dormir luego el partido y lo consiguió hasta el descanso. Pero en la reanudación, cuando el partido se jugaba de poder a poder sin ser de nadie y los dos equipos buscaban el gol, Mousa aprovechó un error de los centrales blaugrana, en una jugada aislada en el 63', para poner las tablas ya definitivas. A los de Francesc Pimienta les faltó la chispa física para volver a remar con fuerza contra corriente. Quedaban minutos, pero conforme estos pasaban la superioridad física del PSG se hacía más patente. Las dos ocasiones finales de Sandro y Munir fueron sólo un espejismo. Los franceses habían sido una montaña demasiado dura de escalar.