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Mundial de clubes | Santos - Barcelona

Un partido para los anales

Barça y Santos reivindican hoy el valor de erigirse como campeón del Mundial de Clubes

Actualizado a
Un partido para los anales
Carlos mira / enviado especial

Hacía mucho que la final del Mundial de Clubes no se parecía tanto a esa Intercontinental que hace 40 años mantenía a los enfermos del fútbol enganchados al transistor como la que disputan hoy el Barcelona y el Santos. El Barça aporta a esta final la jerarquía del fútbol europeo basada en un innegable poder económico sostenido por diversos jeques que le permite desmantelar a base de talonario cualquier repunte de un equipo americano. Además, tiene en sus filas al mejor del mundo, Messi, la base de la Selección campeona del mundo y un estilo de juego que enamora.

Enfrente estará el Santos. El peso de la historia de un conjunto mítico que lideró la leyenda Pelé. Un equipo que está a las puertas de celebrar su centenario con lo que simbólicamente conlleva esta efeméride: un matrimonio entre un pasado glorioso y un presente ambicioso. El Santos de Pelé se ha desempolvado gracias a Neymar, un chaval descarado que juega como un funambulista sobre el alambre. Tanto confían en él que, por primera vez, un equipo sudamericano ha logrado dar con la puerta en los morros a los europeos que venían a buscar a su cachorro.

El Santos es un equipo veterano, con defensas experimentados; un centrocampista, Ganso, que va para figura; un delantero como Borges que está viviendo su mejor momento a los 31 años y un entrenador arrogante y victorioso. Hacía mucho que el duelo entre Europa y América no resultaba tan apasionante. La espera valió tanto la pena, que incluso justifica los pestiños de semifinales que nos obsequiaron ambas escuadras. Será un partido para recordar.

Ante los pequeños, tres gigantes

Viendo a una y otra plantilla, y atendiendo únicamente a las medidas antropomórficas, parece claro que el duelo de hoy será sí o sí para el Santos. Un equipo bigardo en el que la ligereza de Neymar o la corta estatura de Leo son excepción. Los brasileños son un conjunto físicamente imponente. Por eso, Muricy Ramalho planea regresar a una alineación de tres centrales como Edu Dracerna (1,87), Bruno Rodrigo (1,86) y Durval (1,85) para tratar de parar el talento de Xavi, Iniesta o Messi, los comunmente conocidos como bajitos del Barça.

Se sienten menospreciados

El Santos se tomó como un desprecio que Guardiola concediera el día libre a sus jugadores a 24 horas de la final. Ramalho declaró el viernes que "si eso lo hago yo y pierdo la final, me matan". Mientras que la prensa que sigue al campeón de la Libertadores afirmaba que "parece que den el partido por ganado y que sólo hayan venido a Japón a hacer turismo y compras con sus mujeres". Les sorprendió que esta sea una estrategia habitual de Guardiola en los grandes partidos, pues desconocían que en los partidos ante el Madrid se hubiera llevado a cabo.