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Competición decidirá si Piqué juega el clásico

Pérez Lasa disimula en el acta la actitud de Piqué

El Comité decide mañana si entra de oficio y le pone dos partidos

Luis Nieto
Actualizado a
<b>UNA TARJETA DE COMEDIA.</b> Piqué pierde tiempo, Pérez Lasa espera, sonríe y acaba amonestándole.

El Comité de Competición decidirá mañana si la tarjeta forzada por Gerard Piqué en el Barça-Rayo merece un partido de suspensión adicional al que ya le corresponde por acumulación de amarillas o no. El acta de Pérez Lasa no hace referencia a la voluntariedad del futbolista de provocar la amonestación que le impedirá jugar el sábado ante el Levante pero le asegura su presencia en el Madrid-Barça de una semana después. Para imponer un segundo partido de suspensión, Competición debería intervenir de oficio, hecho no habitual pero que ya se produjo en agosto, con motivo del incidente entre José Mourinho y Tito Vilanova. Suspendió por dos partidos al primero y por uno al segundo, pese a que el colegiado del choque, Fernández Borbalán no refl ejó los hechos en el acta.

El artículo 112.3 del código disciplinario de la FEF determina que "el futbolista que en el transcurso del partido provoque la quinta amonestación a que hace méritos el presente artículo, podrá ser sancionado, además de con la sanción prevista en el párrafo primero de este artículo (un encuentro), con un partido adicional de suspensión y multa accesoria en cuantía de 600 euros. Para la determinación de la intención del futbolista se tendrán en cuenta circunstancias tales como la naturaleza de la regla del juego infringida, la actitud del futbolista durante el encuentro, etc. A tal efecto, el árbitro del encuentro estará habilitado para hacer constar tal circunstancia en el acta arbitral".

Desde que Pérez Lasa señaló el fuera de juego de Michu hasta que Piqué lanzó la falta transcurrieron 54 segundos, 18 de ellos después de que el árbitro hiciese sonar su silbato ordenando el saque. Piqué corrió hacia el balón, se detuvo y reculó. Pérez Lasa se contuvo y sólo cuando el central comenzó a subirse las medias sonrió y le amonestó. Ese gesto del árbitro ha incrementado la controversia porque de él podría deducirse que era consciente de la maniobra de Piqué pero no la refl ejó en el acta.

A Josep Guardiola también le disgustó el 'modus operandi' de Piqué, por evidente y porque le obligó al funambulismo ante la Prensa. "El árbitro ha hecho su valoración en el acta. Dos minutos antes le había enseñado una amarilla a Valdés por lo mismo. Tampoco opino sobre los penaltis de Valencia o del gol anulado en Getafe". El Barça cree que el jugador equivocó la 'estrategia' y que cuanto menos hable de la cuestión, mejor. Villa salió ayer del asunto con un regate: "Ya lo analizó el míster. El árbitro dio su veredicto de lo que pasó y lo demás es interpretación de cada uno. Ahí tenéis el acta". Y a él se agarrará el Barça si el Comité interviene de ofi cio. Y también al hecho de que Valdés vio la cartulina por el mismo motivo un minuto antes sin necesidad de 'limpiarse' de amonestaciones y a que el Comité no impuso una suspensión adicional al jugador del Levante Barkero por forzar la quinta amarilla ante el Sporting para cumplir castigo en el Camp Nou.

El Madrid calla. Cree que Piqué merece sanción extra y que no se le impondrá mañana. Esa misma opinión sostiene Rafa Guerrero, el célebre exasistente, que dijo ayer: "El fútbol es de los niños, y grandes profesionales, en este caso Piqué, dejan mucho que desear haciendo estas cosas. No da buena imagen, independientemente de que se aplique el reglamento. Ya le pasó lo mismo al Real Madrid en Europa. Pero pagó por ello; la UEFA no perdona. Los artículos están ahí para aplicarlos y ahora ellos (los comités disciplinarios) decidirán".