Empieza la cuenta atrás

El partido entre el Getafe y el Barcelona de esta noche es de esos que destilan incertidumbre. Influyen demasiados aspectos en la coyuntura como para dar por hecho que la diferencia en la tabla entre ambos equipos es el único barómetro que puede medir el resultado del encuentro.

Por una parte, dice la historia que el Barça de Pep sale indemne de Getafe, pero por contra, hay que recordar que es en el Coliseum donde empezó el Waterloo del equipo de Rijkaard en una memorable remontada azulona en semifinales de Copa del Rey.

Por otro lado, empezar el partido después de que se haya jugado el derbi madrileño puede afectar. Dicen los culés que no miran al rival. Pues vale. Pero esa esperanza de milagro existe. Y no es lo mismo dar el saque inicial a tres puntos del líder que a seis.

Tampoco olvidemos que la visita a Getafe supone el compromiso más complicado para el Barcelona de aquí al partido del siglo, que como pasa cada año, no será otro que el Madrid-Barça. El conjunto blaugrana, tras jugar en Getafe recibirá consecutivamente en casa a Rayo Vallecano, Levante y BATE Borisov. Parece de párvulos remarcar que si solventan el escollo de Getafe, el camino hacia Chamartín será bajada.

Partido trampa. Mira que Guardiola odia los tópicos y que no le gusta acudir a expresiones adocenadas, pero todas sus declaraciones respecto al partido de hoy en el Coliseum Alfonso Pérez remiten a esa horrible expresión de 'partido trampa'.

Guardiola no se fía del Getafe y el Getafe, desde su modestia, no es de esos equipos que acepte fácilmente ser un sumiso ante los grandes. Para los de Luis García, el partido debe de jugarse siempre. Otra cosa es lo que suceda a lo largo de los 90 minutos, pero la lucha está garantizada. Apoye la grada, o no; haya derbi antes, o no; se juegue a las diez de la noche y en abierto, o no. Los once del Getafe estarán ahí. Dispuestos a ser el primer equipo que derrota al Barça esta temporada.

Hasta ahora, nadie ha vencido al Barça. A lo sumo, han empatado. Por tanto, el reto de Moyá es el de defender la portería ante Messi y compañía.

Pep y el dilema de la defensa

Guardiola sigue insistiendo en su idea de implantar una defensa de tres jugadores como norma habitual en el Barcelona. Poco a poco, esta manera de defender ha dejado de ser una excepción para convertirse en la norma. Una regla, que por otra parte, empieza a preocupar a ciertos sectores del barcelonismo porque la ven demasiado arriesgada, sobre todo, con vistas a la cita del Santiago Bernabéu. Todo apunta a que hoy, a diferencia de Milán, Alves y Piqué regresarán a la zaga del equipo culé después de que el primero no jugara ante los lombardos por sanción y el segundo por decisión técnica. Otra cosa es si formarán cuatro o tres en defensa.