Un ejercicio de gestión

Hay cosas que permanecen inalterables en el tiempo. Una de ellas es el desasosiego que afecta al Barcelona cuando regresa a la competición doméstica después de tener al 90 por ciento de su plantilla desperdigada por el mundo durante diez días. Guardiola debe gestionar un partido ante el Zaragoza después de reunir a un grupo que ha estado desperdigado desde Costa Rica a Barranquilla pasando por Catar.

El encuentro ante el conjunto de Aguirre marcará el inicio del un periodo muy intenso. En un mes exacto, el equipo de Guardiola afrontará nueve partidos que van a definir la temporada. A un ritmo de partido cada tres días, el Barça se jugará en Milán la primera plaza de su grupo en la Champions, se enfrentará al Real Madrid en Chamartín y disputará el Mundial de clubes. Una agenda más que apretada que se inicia con la visita del Zaragoza a Barcelona. Podría decirse que hoy se empieza a gestionar un camino que empieza a empinarse. El Zaragoza llega con el cartel de víctima, de hecho, no gana en el Camp Nou desde la temporada 65-66. Es una manera de ver el partido. Otra, más optimista, es la de recordar que el año pasado el Barcelona sólo pudo superar a los aragoneses por 1-0.

Factor Messi.

Dentro del escenario de gestión que Guardiola debe de afrontar tras los parones a causa de las fechas FIFA, Messi come aparte. Da la sensación que el técnico decide sobre toda la plantilla a excepción de La Pulga. De un tiempo a esta parte, es Leo Messi quien decide si está disponible o no para el encuentro. Todo indica que hoy, Messi estará, aunque viendo las curvas que se avecinan, igual Guardiola consigue persuadirle de cara a la cita de Milán.

En el Zaragoza, en cambio, no hay dudas. Al menos en la alineación. Otra cosa es si Aguirre cumplirá su palabra y, tal como aventura, saldrá a jugar valiente, o buscará repetir el planteamiento que le valió al Sevilla para arrancar un punto del Camp Nou a base de una defensa espartana.