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Radamel García

"Falcao volvía a casa con los pies ensangrentados"

"El fútbol era su pasión y no se le podía poner freno". El padre de Falcao cuenta los inicios de El Tigre rescatando fotos de su álbum. Radamel García fue un central internacional colombiano durante los 80 y los 90. Falcao aprendió de él la disciplina y el sacrificio para llegar a la élite.

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"Falcao volvía a casa con los pies ensangrentados"

Su hijo acaba de llegar a España y ya se ha ganado a la afición rojiblanca. ¿Cómo ha vivido la familia García su llegada a nuestra Liga?

Con mucha ilusión y muchas ganas. La verdad es que se ha acoplado rápido.

Y marcó más pronto aún. Su primer gol fue ante el Celtic, de cabeza. Él cuenta que fue usted quien le enseñó.

Era observador y me veía subir a rematar. Yo he tratado de que aproveche mi experiencia, mis conocimientos. Me gané la vida como central, incluso fui internacional con Colombia. Entonces sé perfectamente cómo trabaja un defensa y siempre le hablé a Falcao de cómo engañarnos y él lo pone en liza. Hablábamos de cómo tiene que moverse y dónde tiene que ubicarse para que su marca le pierda de vista. Aún lo hacemos.

¿Habló con él tras el Barça?

Sí, lo tranquilicé. El Barça fue un vendaval y con la plantilla que tiene el Atlético va a ser difícil que vuelva a suceder. Falcao me habla de la calidad del equipo. Reyes, Arda, Diego Hay mucha. Guardiola le saludó y habló con él. Le dio ánimos. Un gesto bonito.

Falcao llega de ser el máximo goleador de la Europa League, pero tras conseguir el hat-trick con el Racing se ruborizaba cuando le preguntaban

Se lo inculcamos desde pequeño. Es una persona humilde y nunca va a olvidar de dónde salió. El fútbol era su pasión y no se le podía poner freno. Muchas veces jugaba descalzo y volvía a casa con los pies ensangrentados y los dedos rotos de estar toda la tarde pateando. Le dolía, pero no paraba. La pantaloneta le quedaba enorme y la camiseta larguísima, por las rodillas, pero no era excusa. Repetía cada día.

¿Ya se le veían maneras?

Sabíamos que iba a ser profesional porque se le veían condiciones, pero también hay que saberles llevar.

¿Estudios y disciplina?

Él siempre fue responsable. Estaba mentalizado. Iba sacando los exámenes y cumplía con sus estudios. Además, nunca salió de noche. Y como profesional ha continuado así. Me había tenido de ejemplo y sabe que si no se descansa no se rinde.

En Colombia Falcao destrozó los registros goleadores en las inferiores. Destacaba incluso sobre niños mayores. Un orgullo, supongo.

Recuerdo una vez que mi equipo jugaba un partido de Libertadores contra el Flamengo de Junior y yo estaba calentando. Falcao entró llorando al vestuario diciéndome que no lo dejaban jugar. Resultaba que había probándose en el campo niños mayores que él y me tocó salir y pedirles que le dejaran jugar. Marcó un gol en el partidillo.

Estuvo con usted en su periplo por Venezuela. ¿Allí siguió goleando?

Allí querían que jugara al béisbol.

¿Cómo?

En Venezuela, antes de los entrenamientos de fútbol los niños llevan pelotas de béisbol para jugar, pero Falcao nunca había agarrado una y un día le dio por jugar. Recibió un pelotazo y le sangró la nariz. Los otros niños se burlaron y por la noche me pidió que lo enseñara. Al día siguiente hablé con un entrenador y cuando lo vio, me dijo que era muy bueno, que no solía ver a niños tan rápidos. Me rogaba que le dejara dedicarse sólo al béisbol, pero lo suyo era el fútbol.

Después River se fijó en él y se lo llevó. ¿Fue duro?

Tenía apenas 15 años. Le agarré y le hablé claro. Yo salí de Santa Marta a los 17 y me marché a Bogotá. En un microbús eran 18 horas para volver a casa. Pero a Falcao le dije que esto iba a ser diferente. A Buenos Aires había 15 días en bus, así que si extrañaba iba a ser muy duro. Falcao me dijo: "Tranquilo papá, es lo que quiero y no les voy a decepcionar". Después supe que allí lo pasó mal.

¿Por qué?

Hace un tiempo me confesó que había pasado frío, mucho. Y hambre también. A veces no tenía plata para comprar algo más, un dulce o lo que fuera. Es por esto que digo que no olvida lo que pasó. Es importante para que valore lo que tiene.

En Argentina siguió estudiando. ¿Le ve como periodista en un futuro?

Ojalá. Hizo el primer curso en la Universidad de Palermo, pero lo tuvo que dejar. Los viajes, la Libertadores Pero ahora le digo que insista. Sólo un par de materias por año de carrera futbolística. Cuando se retire tendrá un futuro.

El Oporto lo trajo a Europa. ¿Qué aprendió en Portugal?

Allí se encontró con Jesualdo Ferreira, algo decisivo. Es como su padre futbolístico. Tuvo mucha suerte porque no suele haber muchos entrenadores profesionales que pierdan el tiempo enseñando a sus jugadores. Te piden cosas, pero no te enseñan. Jesualdo no es así. Falcao siempre le estará agradecido. Le corregía mucho, me lo contaba todos los días. El Falcao de hoy es también producto del trabajo de Ferreira.

¿En España le comparan con Hugo Sánchez y Zamorano?

Puede ser que haya similitudes. Contra Zamorano llegó a jugar. Siempre le pedí ser un delantero guerrero, colaborador con su equipo. Yo le digo que no debe ser un parásito, de los que esperan solamente a que les llegue la pelota.