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BARCELONA 5 - VILLARREAL 0 | LIGA BBVA

El Barcelona sigue de fiesta

Thiago, Cesc Fábregas, Alexis Sánchez y Leo Messi, en dos ocasiones, marcaron los cinco goles azulgranas. El Villarreal no pudo hacer nada ante el torbellino culé.

DAVID F. SANCHIDRIÁN
Actualizado a
El Barcelona sigue de fiesta

La vida sigue igual en Barcelona. Sin despeinarse, el equipo azulgrana se ha subido al carro de las goleadas en el estreno liguero para corroborar, todavía más, que esta Liga es cosas de dos. Los de Guardiola han machacado literalmente al Villarreal desde el primer minuto. Ni las bajas en defensa, ni la resaca por la Supercopa de Europa... Nada de eso ha obstaculizado a un Barcelona que además de su buen juego tiene nuevas motivaciones después de comprobar que las nuevas figuras engranan a la perfección en la maquinaria culé y la cantera sigue siendo un pozo petrolífero. La mezcla entre todos ellos junto a Messi ha hecho que el Barcelona sellara una manita con goles de Thiago, Cesc, Alexis y doblete de Messi.

Un Barcelona huérfano en defensa recibía al siempre respetado Villarreal. Sin Alves, Maxwell, Piqué, Puyol ni Adriano, Guardiola las pasó canutas para reinventar la defensa ante un conjunto, el Villarreal, que hasta hoy siempre ofreció espectáculo en el Camp Nou. La decisión del mister fue, cuanto menos, arriesgada. Una línea de tres formada únicamente por un defensa puro, Abidal. Al estilo Cruyff. Un 'all in' en toda regla a la pareja de ases de Garrido (Nilmar-Rossi).

Las primeras impresiones hacían pensar que la apuesta de Guardiola daba más garantías. Keita arropó más que nunca a la defensa, Alexis y Pedro corrían por la línea de banda haciendo el campo inmenso y Cesc campaba a sus anchas entre los delanteros. El Villarreal rabiaba porque echaba en falta su bien más preciado, el balón. Sus líneas estaban bien juntitas gracias al trabajo de Marchena y Bruno, pero perdía rápidamente la posesión. Así el Villarreal es otro Villarreal. Cuando el dominio del equipo azulgrana ya era total comenzó el carrusel de ocasiones hasta tocar diana. Lo intentó Alexis desde la frontal, avisó Busquets con un testarazo al larguero y crucificó Thiago antes de la media hora con un disparo raso y cruzado desde la frontal mientras sus cuatro contrincantes observaban como se adentraba en territorio propio hasta tener ángulo de disparo.

El gol cayó como una losa en los jugadores del Villarreal. Rossi intentó incentivar a sus compañeros nada más recibir el tanto con un disparo seco desde la frontal pero no surgió efecto. Los castellonenses veían como su rival les barría de la misma forma que ellos suelen hacerlo pero a una velocidad superior. No se agarraban al encuentro por la falta de precisión en la creación y la gran cantidad de metros con la línea de ataque. Eso, mezclado con los buenos movimientos de Cesc Fábregas, que desarboló la defensa castellonense, hizo que el resto de la primera parte fuera un martirio para los de Garrido. Más todavía al recibir el segundo cuando más duele, al borde del descanso. Y de nuevo una conexión Messi-Cesc. Un balón interior del argentino encontró al catalán, que dejó sentado a Diego López.

Vendaval azulgrana tras el descanso

Y no sabremos si las indicaciones de Garrido en el descanso fueron las correctas porque el Barcelona se empeñó en apalear a su rival, de nuevo, en el momento más delicado. Cinco minutos bastaron para enterrar al Villarreal y para ensalzar, por enésima vez, el juego combinativo del Barça. La renta se amplió con dos tantos más y todos nacieron en el centro del campo. Thiago dejó solo a Alexis con un pase picado y el 'chico maravilla' no tembló ante Diego López. Más bello, si cabe, fue el gol de Messi. Un juego de paredes desde el centro del campo entre Cesc e Iniesta fue suficiente para dejar solo al argentino y ver sentado de nuevo al meta castellonense. Con el Villarreal literalmente machacado, al Barcelona le dio tiempo para encontrar la manita. Thiago se internó por la derecha, cedió a Messi con caño incluido y La Pulga sólo tuvo que empujar.