Florentino y Rosell, convencidos de que la huelga de la AFE no triunfará

La temporada 2011/2012 levantó anoche el telón en el Santiago Bernabéu, pero en la zona noble del estadio madridista sólo había un tema de conversación: la huelga convocada por la AFE para las dos primeras jornadas ligueras.

No pudo asistir Luis Rubiales, presidente del sindicato de futbolistas, habitual en las grandes citas, porque será padre en las próximas horas. Mientras, José Luis Astiazarán, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, estuvo respaldado en la comida de directivas, primero, y en el palco de autoridades, después, por Florentino Pérez y Sandro Rosell. Los dirigentes de los dos grandes clubes de España no se plantean ni por asomo que la huelga convocada por la AFE triunfe y dan por seguro que la Liga BBVA comenzará el próximo fin de semana.

Jesús Díaz Peramós, vicepresidente de AFE, sí asistió al partido de ida de la Supercopa pero no se cruzó ni tuvo un aparte con el presidente de la LFP.

Albert Soler, secretario de Estado para el Deporte, también estuvo presente en un palco que presidió Ángel María Villar, como organizador de la Supercopa de España. Soler se ofreció a mediar entre LFP y AFE, pero aún no hay programado ningún encuentro entre la patronal y el sindicato de futbolistas para la próxima semana. El secretario de Estado se encuentra "descolocado" en el conflicto, según fuentes de la Liga, y anoche en el Bernabéu no hizo ningún movimiento de mediación.

Jorge Carretero, portavoz de la Real Federación Española de Fútbol, expresaba en los corrillos que la Federación se encuentra totalmente al margen del conflicto entre LFP y AFE. Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid, y Manuel Cobo, su número dos, se interesaron también por la huelga que preocupa a todos los aficionados al fútbol en España.

Del Bosque jaleado. El seleccionador español Vicente del Bosque acudió al partido acompañado de su ayudante Toni Grande. El exentrenador del Madrid fue vitoreado por los aficionados madridistas cuando llegó y cuando abandonó el estadio Santiago Bernabéu. Tras el partido, los directivos madridistas se mostraban incrédulos por el empate a dos tras el buen partido realizado por los de Mourinho.