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Mundial Sub-20 | Policía y seguridad privada para la Selección

España vive en un búnker: 1.200 policías velan por su seguridad

Manizales duplica sus efectivos. Nadie sale sin escolta. Un helicóptero vigila desde el aire.

Actualizado a
España vive en un búnker: 1.200 policías velan por su seguridad

Mediodía en Manizales. Una docena de policías custodia las puertas del Hotel Carretero, al igual que ocurre durante las restantes 24 horas. Tienen perros, motocicletas preparadas y la guardia en alto. Nadie atraviesa ese punto sin permiso. Nadie que pueda perturbar la paz de la Selección en este Mundial. No se puede aparcar ahí. Ni acceder en vehículo a la parte posterior del edificio. Los jugadores españoles tienen ocasión de firmar autógrafos a los muchos hinchas que se agolpan en los alrededores, pero debe ser precisamente en la entrada, sin que ellos salgan ni los aficionados accedan.

Y es que el gobierno de Colombia no quiere fallar en esta importante cita en el tema de la seguridad y por eso ha dotado de fuertes medidas a los equipos, algo que se acentúa en el caso de España. El nuestro es uno de los conjuntos más mediáticos de cuantos participan, uno de los que más publicidad acarrearía en caso de que le ocurriera algo, y para que esto no sea así se redoblan las precauciones en torno a la extensa comitiva de La Roja.

Además de la Policía, siempre hay cinco miembros de seguridad privada junto a los jugadores y al cuerpo técnico. Si salen a dar un paseo o incluso a hacer alguna compra, una patrulla policial les acompaña. Van detrás, de forma sigilosa, escoltando sus pasos, ahuyentando a todo aquel que pudiera pensar en cometer un delito con alguno de los miembros de la delegación española.

Cacheos. Más llamativa es la caravana que conduce al equipo a entrenamientos y partidos. Cuatro motos por delante y otras seis por detrás van cortando el tráfico allá por donde pasa el autobús. También hay cacheos y registros en los aledaños de los campos en los que la Selección se ejercita. A cualquiera que se le vea un aspecto sospechoso se le registra y se le pide la documentación, aunque ni siquiera vaya a presenciar la sesión y simplemente esté curioseando por la zona de influencia.

Con su uniforme verde pistacho siempre llamativo y las armas de fuego preparadas, cualquier alerta es poca. En total son 1.200 los policías que estos días hacen de Manizales una localidad tranquila, lo que significa el doble de lo habitual. El resto de ciudades sede también ha reforzado sus efectivos. Los agentes están presentes en zonas turísticas, hoteles y centros comerciales. Hay varios miembros antiexplosivos entre ellos e incluso un helicóptero que cuida del orden desde las alturas. No quieren que nada les sorprenda. Y España lo agradece. Esa seguridad es fundamental para tener tranquilidad y rendir luego en el campo.