NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Dani Martín

"Ya no hay romanticismo, el Atlético es un negocio"

El cantante demuestra que, pese a la desilusión que le invade, lleva grabados a fuego los colores rojiblancos. Sabe que el club tiene unos dueños y que ellos deciden por encima de todo, aunque no comulga con su gestión. Prefirió dejar de ser abonado.

Actualizado a
"Ya no hay romanticismo, el Atlético es un negocio"
jesús aguilera

¿Cómo observa un atlético como usted la situación actual del club?

Todo mi cariño siempre estuvo con los colores y la afición del Atlético, pero llegado este punto creo que gastamos energías enfadándonos. No merece la pena hacerlo. El club tiene unos dueños que deciden lo que les da la gana. En el Atlético ya no hay romanticismo, es un negocio. Aunque yo creo que la gestión no es la correcta, siempre hablando desde fuera.

Usted era abonado, pero creo que ahora ya no lo es. ¿Por qué decidió darse de baja?

Dejé de ser abonado porque ya no disfrutaba con lo que veía. Un día estaba viendo un partido en el Calderón y de repente me levanté y me fui. Un señor que tenía al lado me dijo que así era muy fácil ser del Atleti. Yo respondí que me gusta el fútbol, pero que ese partido, lamentablemente, lo había visto ya 250 veces en el Calderón, que ya hacía mucho tiempo que no veía fútbol de verdad en el Atlético. Amo ese estadio y a esa afición pero no aguantaba más.

¿Quién es el culpable de su desilusión?

No hablo de culpables o no culpables. Los dueños son eso, los dueños. El club, parece, no se puede permitir mucho porque no tienen dinero. Es un equipo abocado a mitad de la tabla y lo peor es pensar que se puede plantar cara a un Madrid a un Barcelona, algo que no es posible. Ellos son el Red Bull y el Ferrari y el Atlético tiene un motorcito. Ojalá sirviera para ilusionar, desde al que manda pasando por el que barre hasta el que corta los tickets. Pero no existe en este momento ilusión, al menos según mi punto de vista.

¿Qué echa de verdad en falta, ya sea en la directiva o en el equipo?

Liderazgo en el campo, dentro del equipo. No hay un Fernando Torres, un Kiko o un Simeone. Durante el año del doblete, por ejemplo, se notaba que el equipo era una piña. Ahora no hay nada de eso. Faltan líderes y unión para que se consiga el éxito que se proponga. ¡Pero si es que todavía puedes encontrarte con varios veteranos de esa etapa pasando tiempo juntos, jugando al fútbol, al pádel..! Se nota que hicieron unos vínculos muy fuertes. Eso no existe en el Atlético de ahora, parece que cada uno va a su aire. De esa manera es imposible que el todo funciones como uno solo.

¿Por eso cree que Kun ha decidido marcharse?

Kun tiene poco más de 20 años y lo que quiere es crecer. Es como si a mí me dices si prefiero tocar solo o si me gustaría irme de gira con los Rolling Stones. Evidentemente sería grandioso lo segundo. No hay color. A él le pasa igual, le seduce el Barcelona, el Chelsea, el Madrid Necesita alguien que le dé eso que pide porque tiene una calidad inmensa. Él busca mejorar, como cualquier persona en su situación haría. Ya no sólo en el fútbol, sino en cualquier ámbito de la vida. Creo que debería mirarse y analizarse de esa manera.

¿Entonces no le preocupa dónde pueda jugar a partir de ahora?

A medida que pasan los años vas dejando el forofismo a un lado, se apaga. Yo no soy de ir a un campo de fútbol y despotricar contra el árbitro o insultar a todo lo que se mueva. Todas esas cosas no tienen sentido, al menos en mi caso. Por encima de todo me encanta el fútbol, disfruto viéndolo y en este momento no hay dudas de que el Barcelona no sólo hace el mejor fútbol, sino que además ha implantado una ideología que es la correcta. En el Atlético, Quique, al principio, intentó también una idea parecida, pero al final todo se quedó en el aire, se diluyó. No sé por qué, pero no pudo hacerse, salieron por detrás muchas cosas extrañas. Hablamos de cantera y después se ficha a un jugador semidesconocido como Elías que cuesta 9 millones de euros y que apenas jugó.

¿Cuál es entonces la solución?

En realidad me da igual la solución porque hablamos de algo, un club, que no es tuyo sino que es de unas personas. Ellos lo dirigen como quieren. Yo, por mi parte, me seguiré poniendo la camiseta rojiblanca siempre y seguiré contemplando a los seguidores con el mismo cariño de toda la vida. Me encanta ese estadio Calderón. Tengo grabado ese olor a bocadillo de tortilla, ese ambiente y la solidaridad de la parroquia rojiblanca. Ahora soy un simpatizante al que le duele ver a esos niños que se suben cada lunes a un autobús para ir al cole con su camiseta del Atlético, pero que siempre tienen las de perder. Ahora mismo lo que dan ganas es de hacerse del Rayo. Esa gente sí que se lo ha trabajado. Han conseguido el éxito contra viento y marea, con todas las dificultades posibles. No ha importado la pared que tuvieran delante, porque de igual manera la han escalado y les felicito sinceramente por haberlo conseguido.