Un Madrid sin Cristiano frente al efecto Alí

Faltarán Cristiano Ronaldo y siete más en el Real Madrid y Adrián y cinco más en el Racing de Santander. También faltará jamón en el palco, por imperativo de Alí Syed, el invicto, y público para llenar El Sardinero, porque ni el efecto Marcelino, galerna de entusiasmo cantábrico, es capaz de sobreponerse a los 60 euros de la entrada más barata. Lo que no faltará es partido.

En un mes, el Madrid se ha dejado cinco puntos en Pamplona y A Coruña, prueba de que le cuesta subir la cara norte de la Liga. Y en tres días ha perdido seis jugadores, prueba de que ninguna plantilla es suficiente. Hoy sale a menos diez del Barça, temperatura que congela el ánimo perseguidor, y con ocho bajas mayores: Cristiano y su posible relevo, Kaká, que se apea otra vez en marcha posiblemente camino de la salida; el multiusos Arbeloa, Garay, Higuaín y sus tres mediocentros de quite, Khedira, Lass y Gago. Entre todos valen 36 goles y 15 asistencias. Y el Madrid no gana casi la mitad de los partidos que juega sin Cristiano.

La plaga obliga a Mourinho a improvisar, posiblemente con Pepe como mediocentro junto a Xabi y Granero o Sergio Canales en la mediapunta, a espaldas de Benzema. Tampoco es descartable que juegue con una marcha más larga, con Granero en el eje y el francés y Adebayor en el mismo once. A Pedro León el trance le coge sin minutos ni confianza. Tanto tiempo en el fondo del armario le deja fuera de temporada.

El Racing está de mejor humor. En el palco, Alí Syed sólo utiliza la mano izquierda para celebrar triunfos. No conoce la derrota en seis partidos. Y en el campo, Marcelino ofrece la mejor media de su carrera: dos puntos y 1,75 goles por encuentro. Ya le ganó una vez al Madrid de Capello, un estruendoso 0-3 con un Recre que tenía 14 cedidos y que fichó a seis jugadores en los dos últimos días de agosto. Eso dice que con poco saca mucho y que disimulará las ausencias de Cisma, Arana, Henrique y Adrián, pese a que los dos últimos habían sido titulares siempre con él.

Giovani, único fichaje del mercado de invierno, asciende de revulsivo a titular. Ya ha jugado más en el Racing que en la Premier esta temporada e intenta enderezar una carrera menguante desde que salió del Barça. Hoy estará junto a Rosenberg, que ha fallado 19 veces en el mano a mano contra el portero en esta campaña, lo que habla bien de su juego al espacio y desastrosamente de su pegada, Kennedy y el eterno Munitis. Suena a valiente el mensaje de Marcelino.