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EUROPA LEAGUE | VILLARREAL 2 - NÁPOLES 1

El Villarreal pasa a octavos remontando y con otra cara

Los de Garrido remontan y derrotan a un gran Nápoles en cinco minutos. Rossi y Nilmar aprovecharon los pases de Valero que les meten en octavos. El Leverkusen, en octavos.

Javier Boned
Actualizado a
El Villarreal pasa a octavos remontando y con otra cara

El Villarreal sigue soñando en Europa. La magia de Borja Valero, la definición de Rossi y Nilmar, y el trabajo defensivo en la segunda parte dieron la victoria y el pase a octavos de final de la Europa League al conjunto español. Los castellonenses pararon a un peligroso Lavezzi en la primera parte y a un correoso Cavani en la segunda; y se convierten en el único equipo español que continúa vivo en esta competición.

Un partido que estuvo condicionado por la suplencia de tres jugadores titulares en el Nápoles como Maggio, Cavani y Cannavaro. Los italianos se juegan la lucha de la liga el próximo lunes ante el líder, el Milán. El español y ex del Espanyol Víctor Ruiz debutó con el conjunto italiano siendo titular en el Madrigal.

Los de Garrido suman una victoria tras cuatro partidos consecutivos sin conocerla y ve como uno de sus jugadores fundamentales en esta temporada, el brasileño Nilmar, vuelve a marcar. Un partido igualado entre dos equipos mecedores de estar en las últimas eliminatorias de este torneo. Sólo pudo pasar el Villarreal gracias a cinco minutos mágicos y que se las verá con el Bayer Leverkusen en octavos de final.

La primera parte comenzó con las ideas claras por parte del conjunto italiano. Bien colocado y posicionado hacían difícil jugar su fútbol al Villarreal. Parecía que era respeto y que el conjunto español podía estar impreciso en los primeros minutos, pero pronto se vería que este juego sería constante.

Los pases interiores serían los que protagonizarían las primera jugadas de peligro. Borja Valero encontró un hueco en la defensa, pero Rossi no fue capaz de controlar y De Santis se anticipó al delantero. El que si acertaría sería Dossena, que lanzó una pase al espacio entre la defensa amarilla y Lavezzi tiraría el primer disparo a puerta.

La idea ofensiva del Nápoles se dejó ver pronto. Los robos napolitanos en el centro del campo fueron conducidos en forma de contragolpe con mucha rapidez. Uno de ellos acabó con un centro de Zuñiga al punto de penalti en una ocasión en la que Lavezzi estuvo cerca de adelantar a su equipo.

A pesar del peligro en la rapidez de sus contraataques, el gol llegaría a balón parado. Lavezzi desde la derecha se sacó un centro envenenado que dejó solos hasta a tres jugadores del Nápoles y el capitán, Hamsik, sin oposición, introdujo el balón en la portería local.

El gol napolitano no provocó cambios a la hora de jugar de los visitantes, sino que les hizo jugar más cómodos al continuar de la misma manera. El Villarreal, a su vez, fue paciente a pesar de verse incapaz de enlazar ninguna jugada. Los castellonenses avisarían a De Santis con dos disparos potentes de Borja Valero desde fuera del área que se marcharon rozando la madera.

La reacción napolitana hizo saltar la alarma amarilla cuando de nuevo Lavezzi sorprendió a la defensa del Villarreal, se quedó solo ante Diego López, pero el argentino no acertó a batir al guardameta español. Poco después Mussachio evitaría otro uno contra uno de Lavezzi tirándose al suelo y cortando un balón que podía haber sido la sentencia. Los italianos demostraban lo peligrosos que eran.

El Villarreal continuó intentándolo, pero le seguía siendo muy difícil crear peligro en el área del Nápoles. Sus pases entre líneas eran siempre interceptados y si un jugador intentaba una jugada individual siempre se encontraba hasta con tres jugadores visitantes. El conjunto italiano estaba sufriendo un gran desgaste físico que le podía pasar factura al final del partido.

Cuando se pensaba que era imposible de cambiar el juego mostrado en el primer periodo. Borja Valero sacó su magia cuando más lo necesitaba su equipo. Al centrocampista del Villarreal le cayó un balón suelto en la frontal del área, vio el desmarque de Nilmar y el hueco exacto entre la defensa, y con un toque sutil le puso el balón a la medida al brasileño cruzando este el balón a De Santis.

Sorprendentemente el Villarreal remontaría en cinco minutos el partido. No creó apenas peligro en cuarenta y en tan solo cinco encontró los espacios adecuados y no los desaprovechó. Un robo de balón en el mediocampo lo recogió Borja Valero para ver la subida de Rossi y el italiano batió a De Santis con un disparo envenenado que golpeó en Campagnaro y que sorprendió al portero italiano.

La segunda parte sería diferente. El Villarreal seguiría apostando por el fútbol y dispondría de contragolpes rápidos, dado que el Nápoles se volcaría al ataque en busca del empate. Cavani entraría a los pocos minutos y cambiaría los papeles a Lavezzi. El uruguayo sería ahora la referencia ofensiva de los visitantes. Y es que el delantero avisaría en su primer balón que tocó al rematar de cabeza a la salida de un corner.

El conjunto castellonense pudo sentenciar en un contraataque donde Cazorla dejó solo a Cani, pero el mediapunta del Villarreal intentó sorprender a De Santis con un potente disparo en vez de pasar a Nilmar que se encontraba solo en el segundo palo.

Había la sensación que tanto locales como visitante podían marcar. A pesar de esta sensación, sería el Napolés quien tendría las oportunidades más claras. Primero Cavani dispararía al palo un balón cruzado y, más tarde, un centro-chut de Lavezzi también rebotó en la madera. La fortuna se alió en este caso en un Villarreal que ofensivamente no acaba de acertar en los últimos metros.

El conjunto español sufriría dos decisiones arbitrales polémicas. Yebda pudo marcharse antes a los vestuarios al golpear con el brazo un balón cuando ya tenía amarilla. Y una internada de Nilmar fue evitada por un defensor de forma ilegal cuando se plantaba solo ante la portería local. El colegiado turco Cüneyt Cakir interpretó que el delantero disimuló la falta.

Los últimos minutos serían una fiesta y un cúmulo de nervios para la afición local. El Nápoles intentaba llegar a las inmediaciones de Diego López, pero el Villarreal estuvo muy atento y no cometió ningún error. El desgaste defensivo de los italianos en la primera parte pudo pasarles factora cuando los visitantes necesitaban apretar al final. Los de Garrido regresan a la victoria y continúan en Europa, un lugar donde su presencia ya no es ninguna sorpresa para nadie.