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Liga BBVA | Deportivo 3 - Sevilla 3

Laure empata una noche loca

El Depor se adelantó con dos goles de Lassad. El Sevilla, con un gran Negredo, remontó con diez. Gol mal anulado a Adrián. Palop, expulsado y sin Copa.

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<b>DE PODER A PODER. </b>El Depor y El Sevilla disputaron ayer un partido vibrante, abierto y con tensión en las dos áreas.
DE PODER A PODER. El Depor y El Sevilla disputaron ayer un partido vibrante, abierto y con tensión en las dos áreas.

Riazor vivió ayer una noche de locura, de triunfos seguros de dos rivales que terminaron repartiéndose los puntos cuando ambos ya se relamían con la victoria. El primero que celebró un triunfo que nunca llegó fue el Deportivo, gracias a una gran primera parte y dos goles de Lassad, el primero de ellos de espléndida factura, que parecían castigar la resaca copera de un despistado Sevilla. Pero precisamente lo que se le pide a los de Manzano para la visita al Santiago Bernabéu, fe y garra, les hizo remontar con diez gracias a un rebote y la constancia de un Negredo enorme.

La noche ya arrancó con sentimientos contrapuestos que luego se reflejaron en el terreno de juego. La grada presentaba un aspecto pobre, aunque volcada. Las victorias de Zaragoza, Sporting y Levante asustaban, pero la afición jaleaba el fichaje de Pepe Sand y se relamía con la más que posible llegada de Xisco y Javito. Volvía Míchel, mientras Juan Rodríguez purgaba en la grada su enfrentamiento de Lotina, mientras veía como se lesionaba otro pivote, Antonio Tomás. Sol y sombra.

En el Sevilla la duda era saber como reaccionaba el equipo tras la batalla copera, y la respuesta fue con depresión. Manzano, que perdía para el envite por lesión a Navas y que había pactado con Kanouté forzar la quinta amarilla para descansar en Riazor, se dejaba además en el banquillo demasiada pólvora pensando en el Bernabéu: Zokora, Perotti y Fernando Navarro. El mensaje fue que lo primero era la Copa y lo segundo, la Liga. Sus jugadores le hicieron caso, porque salieron al partido con una pájara de consideración.

Después de cinco derrotas consecutivas con muy poco fútbol, los coruñeses se adueñaban del balón con una clara intención: dañar a Palop. Las bandas, sobre todo la de Manuel Pablo, se convirtieron en autopistas que el Sevilla se veía impotente para cerrar. Adrián tuvo la primera ocasión clara, pero el balón se le quedó atrás. Falló el pichichi del Depor, pero no su compañero en la delantera. Lassad, recordando las virtudes que le hicieron saltar al primer equipo hace dos años, se soltó con una cabalgada imparable que terminó en perfecto y precioso remate desde la frontal del área que hizo inútil la estirada de Palop. El fútbol premiaba al equipo más ambicioso, algo que no siempre ocurre.

La reacción del Sevilla fue prácticamente plana. Con Luis Fabiano desaparecido, Alfaro lo intentó con infantil peligro, mientras Negredo, al que nunca se le puede negar su intensidad, chocaba una y otra vez con los tres centrales de Lotina. Ni siquiera la lesión de Antonio Tomás le permitió a los de Nervión ganar la batalla en la media, epicentro de las recuperaciones y fuente del dominio de los coruñeses. Con todo, el 1-0 con el que se llegó al descanso demostraba una vez más los problemas del Depor con el gol. Dominio, buen fútbol, corta renta y partido abierto. Y tanto.

La demencia.

La locura explotó en el segundo tiempo, en 45 minutos que dieron de sí como cuatro partidos juntos. Lassad marcaba el 2-0 en una jugada de alta escuela, lo que parecía sentenciar el partido porque sólo cuatro minutos antes, Palop había sido expulsado por unas claras e inocentes manos fuera del área. Pero la felicidad local duró un minuto, el que tardó Negredo en cazar un rebote absurdo tras un despeje de Aythami. El madrileño metía al Sevilla en el partido, y ahí se mantuvo, porque en el 69' Ayza anuló un gol legal a Adrián que podría haber hecho bajar los brazos a los hispalenses.

La proeza del Sevilla tuvo otra ayuda, la de Aranzubía, que dejó muerta una falta de Luis Fabiano que Escudé convirtió en el empate. Cinco minutos después, en el 79', Negredo ponía el 2-3 ante la atónita mirada de Lotina. El regalo llevaba lacito, pero Laure, inconmensurable por su banda, lo mismo que Manuel Pablo por la suya, logró el empate a dos minutos del final con su primer gol en Primera. La demencia terminaba con un reparto de puntos que no gustó ni a unos ni a otros, porque les vale muy poco para sus objetivos.

POLÉMICA EN EL TANTO DE LAURE

La jugada polémica del partido llegó con el último tanto del Depor, de Laure. El juez de línea del ataque del equipo coruñés levantó el banderín cuando Laure se disponía a batir a Javi Varas al borde del final del partido, señalando una falta en la frontal a Valerón, pero el colegiado, Ayza Gámez, dio ley de la ventaja y señaló el centro del campo dando validez al gol.