Sevilla-Real Madrid, un partido sobre el volcán

El partido de esta noche no necesitaba ni vídeos ni falsos recuerdos. Tampoco los necesitaba el Sevilla. La histórica grandeza de ese club se ha reforzado en estos últimos cuatro años con dos Copas, dos UEFAS y dos Supercopas, española y continental. Semejante colección de trofeos, así como el hecho de ser el vigente campeón del torneo, debería anular el miedo, las revanchas y la ira. Son los otros, los visitantes del Pizjuán, los que se deberían poner vídeos de Gladiator para preparar la supervivencia en tan imponente estadio.

Sin embargo, el Sevilla ha prendido un partido que ya venía con el fuego incorporado. Es fácil que se justifique aludiendo a la proverbial arrogancia del Madrid. Ese ha sido el argumento de Del Nido cuando ha vuelto a insistir en aquella intrusión de Valdano que no fue tal, como nos cuenta en la siguiente página Rafa Guerrero. Es curioso que un presidente tan cercano en los modos a Mourinho no haya aplacado su carácter ante la visita de un igual. Y es de resaltar que Mourinho, como el hombre lobo que evita la luna llena, haya delegado en Karanka su conferencia de prensa. Más fácil huir que callar.

Odio.

Consideraciones éticas al margen, será bueno recordar al Sevilla y a un tibio Manzano que otros ya celebraron parecidos aquelarres, y antes que víctimas del Madrid fueron víctimas de su propia ira. Precipitación, dureza, nervios. Ya saben de qué les hablo. De modo que es muy probable que el anfitrión tenga que digerir su propio vídeo antes de afrontar a su poderoso rival.

Es una lástima que los primeros párrafos de esta previa no hayan sido para Cristiano y Luis Fabiano, para el fundamental Xabi o para el renacido Romaric. Por no mencionar a Navas. Aunque también admito que el Madrid ha hecho bien poco por respetar las vísperas al cerrar ayer la contratación de Adebayor; estas cosas se cuidaban no hace mucho.

Los mismos.

Habrá que esperar, por tanto, a que ruede el balón para advertir que el visitante repite el once del Calderón, ese equipo sin delantero centro (teórico), que tan bien controló al Atlético y terminó por fulminarlo. Marcelo, como entonces, subirá al centro del campo para reforzar la medular y Arbeloa le escoltará en el lateral.

En el Sevilla, pocas sorpresas. Esta noche se aguarda al equipo vigoroso que juega con puñales por bandas (cada extremo en su costado natural) y que rebosa talento en la delantera. Dicho esto, de la batalla entre Xabi-Khedira y Romaric-Zokora es de donde podría salir el vencedor del encuentro y quién sabe si de la eliminatoria.

Créanme. No son tan diferentes el Sevilla y el Madrid. Hasta sus estadios se parecen, aunque cualquier mención al Pequeño Bernabéu sea castigada en estos tiempos con condena a galeras. A pesar de esa rivalidad que abrasa, les une más que un color. Ambos se identifican por la garra, por el espíritu ganador y por sembrar una animadversión por España que exigirá (otro día) una reflexión interna.

Manzano pidió ayer "cabeza fría" aunque sospecho que ya era demasiado tarde. La tuvo en las dos veces que eliminó al Madrid. Valdano no viajó, con lo que hasta esa polémica nos ahorraremos. Algún día diremos que hasta enfadado era un caballero. Al tiempo.