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Copa del Rey | Atlético-Real Madrid

La Federación le pone más fuego al derbi

Se burló de Mourinho cuando anunció el cambio de árbitro

Actualizado a
<b>PASIÓN ATLÉTICA. </b>La afición rojiblanca ha recuperado el ánimo y cree en la remontada.
carlos mira

El derbi ha resucitado. Lo hizo en la noche del lunes, a las 21:34 para ser exactos, cuando Forlán marcó contra el Mallorca el 2-0, el resultado que mañana le haría falta al Atlético, o el más asequible de los marcadores de la remontada, si queremos ser precisos. En ese instante se reactivó una eliminatoria que parecía casi decidida con el tercer gol del Madrid en la ida y prácticamente sentenciada al conocerse la lesión de Agüero, hace dos días.

Pero ese partido, el del Mallorca, no sólo tuvo presente al Madrid en espíritu. El árbitro, Ayza Gámez, señaló en el acta arbitral que uno de los fondos del Calderón había gritado con reiteración "Mourinho muérete, Mourinho muérete", penoso cántico que se estrenó el pasado 6 de enero n campo del Levante.

Esa anotación del árbitro, sin precedentes por tratarse de un insulto (no racista) y referirse a un tercero, abre un debate que traerá cola. ¿Hay que sancionar al público que insulta? Y de ser así, ¿cómo hacerlo? Jurídicamente, el Código Penal califica este tipo de insultos como "vejaciones de carácter leve" que se pueden llegar a castigar con una multa de 120 euros. El problema es que la ley sólo admite denuncias contra personas con nombres y apellidos, o que puedan ser identificadas. Lo que nos deja en el punto de partida y en manos de la legislación deportiva, que todavía no se pronuncia con claridad. Competición, de momento, se reunió ayer y dio traslado al Atlético para que alegue. Antiviolencia, que se reunirá mañana, tratará la cuestión si ha sido recogida en el Informe de la Coordinación de Seguridad. Al margen de estas actuaciones, el Madrid, que espera la intervención de Antiviolencia, ha decidido reforzar la protección de su entrenador en el Calderón.

Mofa.

Pero los enredos tienen varios focos. Mientras en el Bernabéu se felicitaban ayer por la determinación de Ayza Gámez, la Federación daba razones a quienes señalan su poco aprecio hacia el club blanco. En el comunicado oficial que daba noticia del cambio de árbitros para el derbi (Delgado Ferreiro está lesionado), se podía leer: "...Turienzo Álvarez pitará bajo la atenta mirada de Mourinho, que se considera perjudicado por los arbitrajes de los últimos meses". Aunque minutos después el comunicado fue corregido, el inapropiado comentario ya circulaba por internet.

Entretanto, Mourinho, cumplido el entrenamiento matutino a puerta cerrada, se trasladaba a Ginebra en avión privado (fletado por su patrocinador) para acudir a la presentación de una colección de relojes que lleva su nombre: deLacour City Ego Mourinho (entre 15.000 y 35.000 euros la pieza). Junto al entrenador viajaron el fornido Silvino Louro y Aitor Karanka.

Si de algo sirvió tanta turbulencia fue para retirar el foco del nueve que no llega, aunque ojo: desde el club se entiende que las negociaciones por Van Nistelrooy todavía respiran. Al otro lado del Atlántico, Higuaín pasará hoy revisión con el doctor Fessler y tomará horas después un avión de regreso.

Reforzados.

Es lógico que todo este ruido anime al Atlético, jaleado por el empate madridista en Almería y por sus tres goles al Mallorca, que le mantienen en la pelea por la Champions. La prueba es que a dos días del partido sólo quedaban en taquilla 7.000 entradas (aforo de 54.851 espectadores). El gol de Forlán y las declaraciones de los propios futbolistas ("iremos a muerte", "con la afición ganaremos") completan un escenario de repentino optimismo.

El Atlético se entrenó ayer y hoy repetirá, aunque a puerta cerrada. Valga la expresión para definir un cerramiento muy poco hermético, ya que el monte circundante y las vaporosas verjas ofrecen numerosos lugares para seguir el ensayo a quien guste de mirar por el ojo de la cerradura.

Esto es un derbi. Árbitros, cruce de ánimos, polémicas varias. Añadan el Calderón y a Mourinho. Luego, agiten. Pero no demasiado.