Sus goles valieron dos Ligas y un Pichichi

Su mala relación con Ferguson en el Manchester United dio con uno de los delanteros más efectivos de Europa en el Madrid. Llegó con 30 años por 15 millones de euros. Un dinero bien invertido a tenor de los 64 goles que marcó en 96 partidos oficiales con el club blanco. Un promedio de 0,66 goles por encuentro, algo que sólo han superado jugadores como Pahíño, Puskas, Di Stéfano, Hugo Sánchez o Cristiano Ronaldo.

Pero más allá de cualquier número o estadística, Van Nistelrooy dejó una huella imborrable por su carácter afable y responsable en la afición y en la Prensa deportiva. También en el vestuario, por ser un perfecto conocedor de sus códigos y aplicarlos a rajatabla. Llegó a disputarle el liderazgo de la caseta al mismo Raúl, al que siempre admiró. Sus goles dieron dos Ligas consecutivas al Madrid. El holandés no duda nunca al señalar su gol más importante en el Madrid: el que le marcó al Zaragoza (fue un doblete) en La Romareda que terminó con Calderón en el césped celebrando el título (06-07). Además, fue pichichi de la Liga en su primera temporada de blanco con 25 goles en 37 partidos.

Sólo las lesiones pudieron truncar un brillante colofón a su carrera en el equipo blanco. Nunca olvidará aquel 5 de noviembre de 2008 cuando se retiró lesionado ante la Juve. Nadie pensaba que sería tan grave. Luego se demostró que tenía el cruzado, menisco y el cartílago de la rodilla tocados. Eso le costó estar de baja casi ocho meses. Le operó en Colorado el doctor Steadman. Unos meses antes, en marzo, fue operado por el doctor Van Dijk de unos problemas en el tobillo. Esos dos hechos le pesaron como una losa. Llegó Huntelaar, que tampoco cuajó, pero el mismo Van Nistelrooy propuso su marcha a Alemania para seguir marcando goles.