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Barcelona - Real Madrid | La contracrónica blanca

Pues sí, hoy es martes

Este 5-0 será duro de digerir. Mourinho fracasó con su sistema defensivo. Iturralde puso de su parte con un penalti de libro y una roja a Valdés no sancionados. Joan Casals, un símbolo culé, borró la sonrisa a Toñín El Torero. ¡Qué noche!

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Pues sí, hoy es martes

Vaya palo. Antes de nada, felicito al Barça por su fútbol trenzado y su calidad. Te meten cinco y toca dar la mano, que para eso está el himno de las mocitas madrileñas y el espíritu noble y caballeroso de Don Santiago Bernabéu. Espero que Piqué y Puyol lean estas líneas y reconozcan que sus gestitos con la manita mirando a la grada resultaron irritantes. Desde el otro lado del puente aéreo machacan a Cristiano por menos. Esas chulerías no proceden y menos cuando ya tienes el marcador de dulce. Esto es muy largo y en abril habrá Clásico en el Bernabéu y vaya usted a saber cómo estará la vida por entonces. Y también quiero que lo lea Guardiola, que hizo un desplante al portugués fuera de lugar e impropio de quién ha cimentado parte de su prestigio en su señorío. Pep, hay que saber perder... y saber ganar. Míratelo.

Sin sangre. Pero el bosque sí me deja ver la realidad. El Madrid salió dormido, acomplejado, asustado y sin tensión. El Barça quiso y pudo. Ni siquiera necesitó la mejor versión de Messi para pasar como un rodillo ante una defensa fantasma y transparente. Ramos debe mirarse el partido en vídeo, Marcelo tampoco la olió por su costado y Carvalho se quedó enganchado en el 1-0. Lo peor no es que te metan cinco. Es que tú ni te enteres de qué va la vaina. Ya comenté ayer a mis amigos que el 1-0 de hace un año no fue justamente valorado. Esa noche, Kaká lució sus mejores (y únicas) galas de blanco y el Madrid llegó a dominar el juego. Mourinho debió haber repasado ese encuentro. El Barça es buenísimo, vale, pero se le puede plantar cara. Hércules, Mallorca, Rubin Kazán y Copenhague pueden dar fe de ello. Pero el Madrid saltó al campo como si estuviese aún durmiendo la siesta en el hotel. Poca presión arriba, Benzema arrastrando su patética indolencia por el campo (¡cómo te echamos de menos Pipita!) y nula presión entre líneas. La goleada era previsible con esa actitud. Anoche sobraron Fantásticos y faltaron Juanitos. El enojoso asunto acabó entre humillantes olés (¿pero no estaban prohibidos los toros en Cataluña?). Vaya nochecita...

Iturralde, ya te vale. El que avisa no es traidor. Iturralde es un árbitro que hace feliz al Barça y ese romance llegó al clímax cuando Valdés hizo un clamoroso penalti a Cristiano. Suponía la roja para el sobreexcitado portero azulgrana. Con un 2-1 y ante diez, era otro partido distinto. Iturralde, fiel a sus ideas y colores, nos arrebató esa ilusión para que el Clásico discurriera por su curso natural.

Grandeza. Este sábado, 72 peñistas de Albalat dels Sorells (Valencia) vendrán al Bernabéu a animar al Madrid. Esta película no ha terminado. De hecho, el Madrid depende de sí mismo para ganar esta Liga. Y tienen que venir aquí. El Madrid nunca se rinde. Piqué, no lo olvides. Ya es martes. Qué respiro...