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Liga Adelante | Nástic 0 - Elche 0

Apagón de goles para dos conjuntos que no crecen

Encuentro encorsetado. Los porteros fueron los mejores

Actualizado a
<b>A OSCURAS. </b>Falló la luz y el encuentro se jugó en algunos momentos con menos luz de la habitual.
A OSCURAS. Falló la luz y el encuentro se jugó en algunos momentos con menos luz de la habitual.

Nàstic y Elche disputaron un encuentro encorsetado, jugado en sólo 30 metros debido al rigor táctico de los dos conjuntos y en el que únicamente se soltaron la melena en los últimos 15 minutos. El desgaste físico y mental -y el apagón que detuvo el choque diez minutos-, empezó a abrir las defensas y llegaron las ocasiones, pero Rubén Pérez y Caballero demostraron ser dos de los mejores porteros de la categoría. El meta grana se estiró en el 83' para desviar un envenenado lanzamiento de Palanca, mientras que su homólogo voló para despejar un remate de cabeza de Morán. Era el 87' y cualquier gol hubiese sido ya definitivo.

Nadie lo logró y fue lo más justo. El partido estuvo igualado, aunque el Elche jugó mejor sus bazas. Controló mayor tiempo el juego, anuló la creatividad grana y logró que el escaso potencial ofensivo de los locales se tornase en nulo: el primer remate a puerta del Nàstic llegó en el minuto 72. Xumetra y Álex Cruz, dos extremos simétricos, lucharon por ser los hombres que desequilibrasen el partido, pero no encontraron complicidad en los delanteros. Con diez y nueve goles a favor, Nàstic y Elche son dos de los peores equipos en cuestiones ofensivas. Por eso no es de extrañar el apagón de goles de ayer, que deja a ambos equipos en una situación idéntica a la que llegaron al duelo.

La entrada de Palanca y Mantecón le dio más profundidad y pegada a los ilicitanos. Los técnicos sólo movieron los ataques porque sus defensas respondían. Luis César dio entrada a Rubén Navarro, que ha estado más de un mes lesionado, y pudo tener los tres puntos en el tiempo de descuento. Morán le envió un pase de gol con la facilidad con la que un cartero reparte la correspondencia, pero el delantero no supo controlar el balón. Fue la última acción de un encuentro que pocos aficionados recordarán.

Nàstic y Elche tienen argumentos para ver el vaso medio lleno o medio vacío. Es lo que tiene no perder en una categoría en la que los tres puntos son un metal codiciado. Ayer nadie hizo méritos para llevarse ese botín.