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Copa del Rey | Espanyol 1 - Valladolid 1

A octavos de Calle

Marró un penalti a lo Panenka y Osvaldo sentenció

Actualizado a
<b>LA ALEGRÍA FUE BLANQUIAZUL. </b>Baena, Luis y Márquez se apelotonan para felicitar a Osvaldo, que materializó el 1-0 en el minuto 68.
LA ALEGRÍA FUE BLANQUIAZUL. Baena, Luis y Márquez se apelotonan para felicitar a Osvaldo, que materializó el 1-0 en el minuto 68.reportaje gráfico: Carlos Mira, rodolfo Molina

Si Antonín Panenka vio el Espanyol-Valladolid, no tengan duda de que se echó las manos a la cabeza. Calle tuvo la única aunque jugosa oportunidad de los pucelanos para revertir la eliminatoria, a los diez minutos, en un penalti que marró estrepitosamente tratando de emular al checoslovaco. Hace año y medio, cuando Casquero (Getafe) falló en condiciones similares ante el Real Madrid, Panenka aseguró en AS que era la peor imitación que jamás había visto. Desde anoche tiene otro serio candidato. No lo será Osvaldo, quien sentenció los dieciseisavos e hizo inútil el posterior empate de Barragán. Es el pichichi perico junto a Álvaro, artífice del pase del Espanyol a octavos con sus dos goles en Zorrilla.

La decisiva pena máxima fue tragicómica. Forlín arrastró con la mano el esférico en el área, tras una buena internada de Jofre. En la ejecución, Calle amagó, apenas tomó impulso y picó con frivolidad, supuestamente a lo Panenka. Para Cristian, que supo aguantar muy bien la posición, el resultado de la vanidad fue una bendición: detuvo sin problemas un balón centrado, a media altura y casi sin fuerza.

Si gélida era la temperatura y frío el ambiente de Cornellà-El Prat en la peor entrada de su sucinta historia, lo de Calle fue para quedarse helado. Aunque su técnico, Antonio Gómez, se encendió cual gasolina en una fábrica de mecheros: volvió al banquillo jurando en arameo.

El penalti marrado por Calle desde luego supuso un punto de inflexión, pero no como le hubiera gustado a un Valladolid que de inicio incluso había dominado territorialmente. En sólo diez minutos, sus opciones se habían fulminado y el Espanyol pasó del posible agobio a sentir más autoestima que Brad Pitt en un internado femenino. Así lo indicó el cauce con el que siguió la primera mitad hasta su desembocadura al descanso. Sólo un disparo lejano de Baena, sin problemas para Justo Villar, lo mismo que Cristian de nuevo ante un Calle que intentó redimirse con un remate forzado, además de un chut de Luis García que se fue envenenando aunque sin mayores consecuencias.

La metralleta.

El Valladolid acabó de ir por la Calle de la amargura en la reanudación, cuando Jofre se autoexpulsó y Pochettino, decidido, dio entrada a más titulares habituales, como Javi Márquez u Osvaldo.

Al ítalo-argentino le bastaron cuatro minutos para aniquilar. Con una bicicleta y dos bellos recortes, disparó ante Justo Villar, que rubricó el despropósito pucelano tragándose el 1-0. Demasiado tarde arribó el empate, de Barragán y... ¡de penalti! La pena fue máxima para el Valladolid y escasa para un Espanyol que sigue adelante.

Los detalles: la peor entrada de cornellà

Los 10.120 valientes que anoche acudieron a Cornellà-El Prat no pudieron evitar la peor entrada en la breve historia del estadio, superando así los 15.134 del Ciutat de Barcelona ante la Sampdoria y los 20.650 de los dieciseisavos de Copa de hace un año, ante el Getafe.