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Copa del Rey | Hércules 0 - Málaga 0

Tomarán la Copa en La Rosaleda

Portillo envió un penalti al larguero. El Málaga no creó peligro pero dejó su puerta a cero. Cristian, el mejor de los locales, también mandó un tiro al palo.

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Tomarán la Copa en La Rosaleda

Partidos como el de ayer entre el Hércules y el Málaga alimentan la tesis de quienes piensan que la Copa está devaluada en sus primeras eliminatorias. El duelo pareció más un partido de pretemporada, con jugadores en pleno rodaje y meritorios con ganas de agradar, que un encuentro de competición oficial. El Málaga, a priori, se lleva la ventaja del Rico Pérez ya que decidirá la eliminatoria en La Rosaleda. Sin embargo, un gol del Hércules en el estadio malagueño podría hacer bueno el haber dejado la portería a cero en Alicante.

De los que tenían que demostrar cosas, sólo Cristian y, a ráfagas, Tote dieron señales de vida en el Hércules. La defensa comenzó sólida pero el bajo nivel físico de Sarr contagió al resto y sólo la profesionalidad de Rodríguez y la fogosidad de Pulhac salvaron a su equipo de una derrota. El Málaga, por su parte, llegó a lo suyo y, al menos, se fue sin recibir un gol. Algo que para un equipo que lleva en Liga 19 goles en contra ya es un triunfo en toda regla. Jesualdo lo volvió a basar todo en la velocidad de sus puntas pero ayer apenas tuvieron oportunidades de mostrar sus cualidades en el cuidado césped del Rico Pérez.

A pesar de que Esteban había declarado que la Copa le importaba, y mucho, lo cierto es que la alineación que presentó denotaba que el partido del Madrid está muy cercano. Quiso proteger a sus hombres más castigados en Liga y dar minutos a la gente que lo necesitaba para sentirse futbolista. Por eso, debió inventar un centro del campo que, a priori, no pintaba mal. Con Fritzler conteniendo las llegadas del Málaga, Tote, Cristian, Sendoa y Drenthe tenían la misión de crear y abrir los huecos de una zaga que hasta ayer no había demostrado demasiadas prestancias. Por su parte, Jesualdo Ferreira apostó por un híbrido entre titulares y suplentes que no le funcionó en la primera mitad ya que apenas se acercaron a la meta del debutante Velthuizen ni pusieron en apuros a la novedosa zaga que dispuso Esteban.

El Hércules llevó el peso del juego y acaparó la posesión durante la práctica totalidad del duelo. Por su parte, el Málaga esperaba a la contra, un arma predecible. Pero si no hay robo y presión en el centro del campo, esta táctica se desvanece. Y eso fue lo que pasó. O mejor dicho lo que no pasó. Así, fue el equipo local el que lo intentó una y otra vez, sobre todo, por la banda izquierda con las incisivas carreras de Drenthe que acabaron casi siempre en nada.

Sin embargo, fue Tote el que creó la jugada que pudo dar la victoria al Hércules. El madrileño quebró a dos dentro del área y cuando iba a rematar fue derribado por Weligton. Portillo envió al travesaño el lanzamiento del penalti y perdió la oportunidad de estrenarse en esta temporada.

Control local.

Tras el descanso, el dominio alicantino se convirtió en asedio con Cristian y Tote como maestros de operaciones. El catalán aprovechó la oportunidad y mereció el gol pero el larguero, otra vez, evitó la diana tras un gran disparo desde fuera del área. Fue el principio de un torrente de acercamientos del Hércules que estuvieron a punto de abrir el marcador. Aparte de Cristian, fue Drenthe el que se echó las manos a la cabeza por una ocasión errada. Tras un centro de Pulhac, el balón le cayó rechazado a la pierna derecha del holandés que, pese a no ser la suya, la enganchó de primeras y el balón salió silbando la portería de Arnau.

El gol se empezaba a oler en la portería del Málaga pero en ese preciso instante el equipo de Jesualdo dio un paso al frente y se fue a por el partido aprovechando el bajón físico del Hércules y las continuas indecisiones de Velthuizen. Así, Fernando tuvo la mejor ocasión del Málaga al rematar un servicio desde la banda de cabeza, que salió muy cerca del palo del meta holandés. Tanto fue así que el partido acabó en el área del Hércules. Edinho lanzó una falta a la barrera pero si no llega a ser por la intuición de Pulhac, Quincy podía haber dado la victoria al Málaga. La Rosaleda decidirá quién estará en octavos de la Copa del Rey.