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Copa del Rey | Córdoba 2 - Racing 0

El Córdoba desnuda a un Racing sin alma

Los visitantes tuvieron el balón pero siguen sin gol.

Actualizado a
<b>FIESTA BLANQUIVERDE. </b>Richy se abraza a Oriol en presencia de Díaz de Cerio y Gerardo después del primer gol del Córdoba.
FIESTA BLANQUIVERDE. Richy se abraza a Oriol en presencia de Díaz de Cerio y Gerardo después del primer gol del Córdoba.j. obrero

El resultado, vaya por delante, no refleja fielmente lo que fue el partido. Por posesión, por ocasiones y, durante la primera media hora de la segunda parte por fútbol, el equipo visitante se hizo merecedor a bastante más que el pésimo resultado que se lleva para Santander y que le deja al borde del K.O. y a su entrenador contra las cuerdas.

Lo que si refleja el marcador son los gravísimos problemas en los que se encuentra empantanado el Racing. Un equipo con dudas (tercer sistema que utiliza en tres partidos), sin gol y sin alma. Anoche, en El Arcángel, los cántabros volvieron a tener, como cada jornada, un gran porcentaje de posesión. Y volvió a no servir para nada. Tuvo, un día más, media docena de ocasiones. Y volvió a servir para nada más que convertir, como antes a Alves o a César, en héroe al portero rival. Y, por fin, este Racing demostró que cada golpe al mentón le manda a la lona. En cuanto encaja un gol el equipo queda en estado catatónico durante media hora.

Enfrente, Lucas Alcaraz, un técnico al que defensivamente nadie tiene que enseñarle a preparar un partido, encaró la cita con paciencia. Que toquen los centrales hasta que se aburran, que ya tendremos la nuestra. Sin presionar arriba, sus tres líneas defensivas ahogaron la salida del balón. Con las bandas cerradas y con Lacen y Colsa rodeados, los blanquiverdes acabaron provocando que Ponce o Henrique acabaran rifando el balón con diagonales de 70 metros. Justo lo que buscaba el granadino. Eso fue el primer tiempo. Nada. Impotencia de uno y conformismo de otro. Hasta que, como es lógico, el Córdoba tuvo la suya. Y la metió. Y si antes el Racing fue poco, desde ese instante hasta el descanso ya no fue nada.

Media hora.

La segunda mitad, justo es decirlo, no tuvo nada que ver con la primera. Al menos hasta el segundo gol local. Los santanderinos salieron mucho más enchufados, más intensos, con rabia y encerraron al Córdoba durante media hora. Y lo hicieron, además, jugando bien, combinando, entrando por bandas y generando claras ocasiones. Pero eso es, también, este Racing, fallando más que una escopeta de feria. Hasta seis veces pudo haber volteado el marcador. Especialmente Bedia y Ariel. No lo hicieron y el Córdoba aprovechó una jugada aislada para provocar un córner y poner la puntilla.

Desde que el luminoso reflejó el gol de Díaz de Cerio ya no hubo partido. El Racing se murió. Ya no tuvo ni fútbol ni ocasiones. Y el Córdoba, cosa lógica, no tenía más preocupación que perder la mayor cantidad posible de tiempo sin que se notara demasiado. La eliminatoria, a pesar de que Portugal aseguró que su equipo la va a superar, queda claramente favorable a un Córdoba que encaró el partido de anoche con sólo dos de los once titulares en el último partido de Liga.

Portugal, al borde del batacazo copero y en descenso en Liga, sale de Córdoba muy tocado y parece claro que su continuidad en el banquillo racinguista va a estar en juego el próximo domingo en El Sardinero frente a Osasuna.