La dinamita de Calle agua la fiesta en Los Cármenes

Llevaba 7.000 días Granada sin tener fútbol de Segunda, sin vivirlo en sus carnes. Y en 90 minutos, Los Cármenes ha vivido un máster de lo que es la Categoría de Plata. Una división del fútbol español que no tiene comparación, ni por arriba ni por abajo. Porque Segunda no te perdona, ni te premia el esfuerzo. Caprichosa, Segunda baila a los equipos como Poseidón a la nave de Odiseo. El Valladolid, sin embargo, es un peso pesado de la categoría. Sabe moverse en estas aguas.

Los pucelanos, que ya suman dos victorias, cuentan con los mimbres necesarios para manejarse en estos campos. Cuenta, sobre todo, con Calle. Perro viejo, para él todos los estadios de Segunda son el mismo. Hace lo que sabe. Dos ocasiones. La primera a córner, la siguiente para dentro tras un pase sensacional de Nauzet. No hizo falta más. Esa maldad en el área, ese saber estar, esa pegada, es justo lo que le faltó al Granada.

Porque los granadinos compiten, tienen calidad, saben lo que quieren hacer. Sin embargo, no tienen pegada. Es difícil sobrevivir en Segunda sin esta cualidad. Tiene trabajo Fabri, buen técnico, pero que ya saben cómo se las gastan Betis y Valladolid.

Sin embargo, dejó dudas el Valladolid. Lo que parecía un paso atrás para vivir de las contras, se convirtió en un quiero y no puedo. Dejó que el Granada se metiese en el partido. Fabri metió electricidad y cambió el dibujo y monopolizó el balón. La expulsión de Guilherme terminó por encerrar a los pucelanos, que casi se dejan empatar con un absurdo penalti de Barragán a Geijo que Ontanaya no señaló (88').

Segunda es esto. Valladolid lo sabe. Granada lo aprende.

Pepe mel, espía en el palco

Pepe Mel, técnico del Betis, estuvo en el palco de Los Cármenes viendo en directo a su rival en Copa del Rey, el Granada, a quien ya se enfrentó en la primera jornada de Liga en Sevilla.