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Real Madrid | La intrahistoria

La Romareda: principio y final de un héroe con botas

Allí debutó y jugó su último partido, con gol incluido

Actualizado a
<b>24-4-2010. </b>Pese a estar lesionado, el capitán aguantó el dolor para marcar el 1-1 que inició el triunfo.

Después del Bernabéu, su auténtico santuario que jamás le dio la espalda, Raúl tiene un campo talismán que ha marcado su carrera de manera singular: La Romareda de Zaragoza. Allí debutó, de la mano atrevida de Jorge Valdano, el 29 de octubre de 1994. Un crío de 17 años, flaco como un junco y sin experiencia siquiera en el Castilla, dejaba en el banquillo a una leyenda como Butragueño. Pero la presión no le afectó nada...

Al minuto ya había roto el fuera de juego, había dejado tendido en el césped al gigante Cedrún y había fallado una ocasión de gol que se interpretó como la semilla de un crack. En vez de arrugarse por el error (el remate fue con la derecha, tenía coartada), se pasó el partido buscando la pelota y dio un gol hecho a Zamorano con un pase espléndido y medido.

En La Romareda también inventó el gol de palanca (1998), que patentó por la manera especial de meter su pie izquierdo en la base del balón como si fuera una cuchara. La pelota se elevó seis metros y cayó hacia la portería de Juanmi...

Pero como si fuese un guión de película, el estadio del Zaragoza iba a dejar escribir a Raúl su última gran página como jugador del Real Madrid. De hecho, fue su ultimo partido con la camiseta que ha honrado durante 16 años. Fue en esta última Liga. El capitán salió suplente, como en las jornadas anteriores. Pero se lesionó Van der Vaart al cuarto de hora y Raúl saltó al campo con el título en juego. Edmilson cayó sobre su pie derecho antes del descanso y se lesionó grave. Estaba literalmente cojo. Pero aguantó hasta el minuto 49 cuando, en su último aliento de blanco, puso su pie izquierdo para firmar el 1-1 y alimentar la remontada. Esa noche nos dio una pista y se llevó el balón a casa. Adiós, héroe.