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Clásico | Barça - Madrid

El primer clásico toca siempre en el otoño

Evitan que se vean en primeras o últimas jornadas

Actualizado a
<b>LA OCASIÓN DE CRISTIANO. </b>El madridista remata cruzado en el partido del Camp Nou del 29-N.

El primer Madrid-Barça de la temporada suele caer en otoño. En fechas parecidas. En las últimas diez temporadas, cinco cayeron en el mes de noviembre, tres en diciembre y dos en octubre. Así sucede desde que el sorteo está condicionado, pero no antes, cuando era puro. De hecho, en la Liga 84-85 fue el primer partido de la temporada (0-3 en el Bernabéu), y también en la 92-93 (2-1), en el Camp Nou.

No son coincidencias ni caprichos del calendario, se trata de idoneidad. Se procede a buscarle sitio primando los intereses televisivos. En realidad, el orden de los partidos entre los dos grandes se realiza a la inversa, de delante hacia atrás. El segundo partido entre ambos equipos se entiende que es el más decisivo de la Liga y el que más audiencia registrará de todo el campeonato. Por supuesto, no puede ser en la última o penúltima jornada porque puede correrse el riesgo que para entonces la Liga esté finiquitada, que ya tenga campeón, y entonces el gran partido no sirve para nada. También, y con lógica comercial, no interesa que sea de los primeros, con media Liga aún por jugar. Ni sería decisivo ni resultaría tan atractivo.

Impuestas estas primeras premisas, ya sólo falta esquivar las Navidades como la Semana Santa, fechas en las que los éxitos de audiencia pueden verse perjudicados. Otro momento del año que se intenta evitar es el puente de diciembre. Así, no quedan muchas fechas y lo más idóneo (por emoción y seguimiento) es que se juegue cuando sólo quedan por disputarse entre cuatro y siete jornadas. Aunque toque en Domingo de Ramos, como esta vez.