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Liga BBVA | Real Madrid

Pellegrini: el ingeniero que no pudo triunfar

Manuel Pellegrini, conocido en Chile como el ''ingeniero'' por su título en ingeniería civil, llegó al Real Madrid hace un año con el éxito de la construcción de un gran Villarreal y se marchó hoy con la sensación de que la "casa blanca" exige títulos antes que edificios sólidos.

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Manuel Pellegrini, conocido en Chile como el ''ingeniero'' por su título en ingeniería civil, llegó al Real Madrid hace un año con el éxito de la construcción de un gran Villarreal y se marchó hoy con la sensación de que la "casa blanca" exige títulos antes que edificios sólidos.

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, dio hoy por finalizada la etapa de Pellegrini en el club, le ha agradecido el trabajo realizado y su entrega y conducta impecables.

Pellegrini se marcha con sensaciones contradictorias. Es cierto que no ganó título alguno, y eso Pérez no lo consiente, pero también es verdad que, con un equipo de estrellas que le dieron hecho, sumó números más que notables en la Liga y asedió al Barcelona hasta la última jornada.

Además, no le dejaron cumplir su deseo de mantener en el club a los holandeses Arjen Robben y Wesley Sneijder, necesitado como estaba el Madrid de hacer caja.

Esos números se concretaron al final de la Liga en el récord de puntos conseguidos y los 102 goles anotados, la segunda mejor marca de la historia del club. Pero no sirvieron para asegurar la continuidad del técnico chileno. La Liga estaba destinada a un mano a mano con el Barcelona y el Real Madrid lo perdió.

Pérez se había gastado 250 millones de euros en un proyecto liderado por el portugués Cristiano Ronaldo y el brasileño Kaká, entre otros grandes jugadores como el francés Karim Benzema y los españoles Raúl Albiol, Álvaro Arbeloa y Xabi Alonso.

En su segundo mandato, Pérez depositó su confianza en Pellegrini como técnico para que trasladara al Real Madrid, con tales estrellas, el fútbol vistoso que había inculcado al Villarreal y quebrara el aplastante dominio del Barcelona de la anterior temporada.

Pero la eliminación en la Copa del Rey ante el modestísimo Alcorcón, de la Segunda B, y la caída ante el Lyon en octavos de la Liga de Campeones, el icono histórico más querido del club y de la afición, minaron el crédito que se había ganado en el acoso a los azulgranas.

La eliminación en Europa, la sexta consecutiva, se produjo cuando el juego del equipo crecía, las goleadas se sucedían y el Santiago Bernabéu se convertía en un fortín inexpugnable, un clima que parecía consolidar a Pellegrini.

La despedida europea incentivó la inmediata búsqueda de culpables en un club obsesionado por conquistar su décimo título continental. Y se encontraron tres: Pellegrini, el brasileño Kaká por su alto coste y su flaca aportación al juego del equipo y el argentino Gonzalo Higuaín por fallar varias oportunidades de gol.

Como ingeniero que necesita ir fortaleciendo poco a poco los pilares para evitar que se le derrumbe el edificio, Pellegrini pidió tiempo para construir un equipo y un sistema, pero no se percató de que Pérez exige títulos en España y en Europa.

Hoy lo dijo sin ambages: "el objetivo de este club y de su afición y socios es ganar y ser líderes en España y Europa". "También es el objetivo de esta junta", añadió.

En el quinquenio previo a su llegada al Madrid el pasado año, Pellegrini había dirigido al Villarreal a dar el salto a la elite del fútbol español, un trabajo que le avaló para fichar por el equipo blanco.

El preparador sudamericano había colocado en Europa al "submarino amarillo", pese a un presupuesto muy inferior al de los grandes, con un fútbol basado en el buen trato del balón, altos porcentajes de posesión durante los partidos y el juego ofensivo.

Esta habilidad para lograr resultados a través del gusto por un fútbol atractivo llevó a Jorge Valdano, director deportivo del Real Madrid, a apostar por el técnico chileno.

En el Villarreal, Pellegrini también se había significado por primar el interés del equipo por encima de individualidades, una cualidad que sufrió en sus carnes el argentino Juan Román Riquelme, que tuvo que marcharse cuando quiso anteponer sus intereses personales.

El "submarino" consiguió sin Riquelme el subcampeonato de Liga en la campaña 07-08, la mejor clasificación del club en toda su historia, y cerró la temporada 2008/09 entre los ochos mejores equipos europeos.

Parecía el técnico idóneo para dirigir un combinado plagado de estrellas y crear un conjunto homogéneo, pero hoy fue destituido.

Pellegrini, de 56 años, entrenó anteriormente al Universidad de Chile, el Palestino, el O''Higgins y la Universidad Católica en su país, el Liga de Quito en Ecuador y el San Lorenzo de Almagro y el River Plate en Argentina.