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LIGA BBVA | VILLARREAL 1 - BARCELONA 4

El Barcelona responde a lo grande

El equipo de Guardiola olvidó pronto la decepción sufrida en la Champions y lo hizo de forma contundente contra un Villarreal demasiado tímido, superado ampliamente en el primer tiempo y que recompuso algo su figura en el segundo. Messi, en dos ocasiones, Xavi y Bojan marcaron para el Barcelona y Joseba Llorente para el Villarreal. Otro gran partido de Xavi, que pese a jugar tocado fue la gran referencia del Barça.

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<b>DIRECTOR.</b> Xavi dirigió con maestría el juego del Barcelona en Villarreal.
DIRECTOR. Xavi dirigió con maestría el juego del Barcelona en Villarreal.AP

El Barcelona superó uno de los últimos obstáculos importantes que le separaban del título de Liga y lo hizo con la autoridad, solvencia y personalidad de los campeones. Dirigido de forma magistral por el genial Xavi no dio ninguna opción a un timorato Villarreal, al que superó en todas las líneas y facetas del juego. Quiso jugar el técnico local Garrido de igual a igual al Barça y cambió su sistema. Abandonó su idea de los tres delanteros, que recuperó en la segunda parte, pero después del revolcón que se llevó de Guardiola y sus chicos se habrá convencido de que ese no era el camino para hacer daño al líder. Puso tan poca intensidad el Villarreal en sus acciones, parecía tan poco convencido de lo que hacía que sólo en los primeros diez minutos se vio en peligro la victoria azulgrana. Un espejismo visto lo que vino a continuación.

Después de la bofetada sufrida en la Champions contra el Inter, el Barcelona supo levantarse y respondió a lo grande. En el duelo que se planteaba contra sí mismo, contra sus dudas y sus miedos, el Barça salió claro vencedor. Y lo hizo con Ibrahimovic sentado en el banquillo y Henry y Chygrynskiy en la grada. Las grandes apuestas de Guardiola han sido las grandes decepciones. Messi apareció como delantero centro, con Pedro y Bojan a los costados. El tridente se entendió a la perfección y fue una amenaza constante.

Sin acercarse al juego cercano a la perfección del curso pasado, sí tuvo el Barça momentos de buen fútbol en el primer tiempo, cuando dejó solucionado el encuentro. La segunda parte la empleó en administrar esfuerzos, no quiso hacer más. El aparente dominio del Villarreal en ese segundo tramo parecía tan ficticio como estéril. El Barcelona le cedió la iniciativa, lo que no era más que una invitación para que se acercara sin miedo a Valdés y matarle al contragolpe, pero lo que sucedió fue que marcó Joseba Llorente. Un error de cálculo de Guardiola. El tanto sólo sirvió para despertar a la bestia dormida.

El Barcelona salió con intensidad, dominando el balón y el juego con enorme autoridad. Impuso un ritmo alto desde el inicio, con transiciones rapidísimas. Los equipos eran más verticales que horizontales y el resultado fue un espectáculo fabuloso. Mientras el Villarreal aguantó en pie hubo partido, pero la discusión apenas duró quince minutos. El Barça presionó con solidaridad y sentido en el centro y apenas necesitaba unos segundos en recuperar el balón, lo que acabó por ahogar al Villarreal.

Avisaron Xavi, con un tiro lejano, y Messi, con una vaselina que desvió Diego López, mientras que el Villarreal respondió con Nilmar, que malgastó dos buenas ocasiones, la segunda un mano a mano ante Valdés. En ese duelo morboso entre los dos porteros no hubo ocasión para medirlos. Valdés vivió una noche plácida y apenas se vio exigido. Digo López pudo hacer algo más en el gol de Xavi, pero nada en los otros.

El panorama se comenzó a aclarar para el Barcelona a los 19 minutos, cuando se encontraron Xavi y Messi para que el argentino firmara el primer gol. El tiro de Messi arañó la bota de Godín y despistó a Diego López. Un cuarto de hora después llegó el golazo de falta de Xavi. Un balón tocadito y colocado que Diego López vio tarde. Para entonces el Barcelona ya era el dueño absoluto del partido y su superioridad quedó reflejada a tres minutos del descanso, con un golazo de Bojan, que eludió a cuantos rivales le salieron al paso.

Garrido recapacitó en el descanso y recuperó el dibujo que tan buenos resultados le ha dado. Retiró a Ibagaza y Cani para que entraran Joseba Llorente y Senna, pasó a jugar con tres delanteros y el Villarreal recompuso su figura. Con la bendición del Barcelona, como ya ha quedado apuntado, pero al menos el conjunto de Garrido fue capaz de oponer una digna resistencia desde entonces.

Se ilusionó con el gol de Llorente después de un gran pase de Nilmar, pero apenas logró asustar más al Barcelona, que cerró la cuenta en el 88, con el segundo tanto de Messi. Estaba ya sobre el campo Ibrahimovic, que se debió conformar con disputar los cinco últimos minutos del partido, unas migajas para quien llegó con la misión de ser una de las estrellas del equipo.

Hubo espacio también para la polémica, o al menos para la confusión, a falta de diez minutos, con el marcador ya 1-3, cuando Touré sustituyó a Busquets y pareció que el árbitro mostraba una amarilla, que hubiera sido la segunda, a Busquets. En la secuencia también estaba Joseba Llorente, el destinatario lógico de la amonestación, como así relató Teixeira Vitienes en el acta.