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Liga BBVA | Almería 2 - Barcelona 2

Lillo hace humano a Pep

El maestro superó al alumno. Messi hace el 1-1 en una falta inexistente. El estadio gritó "¡Villarato!". Guardiola e Ibra, expulsados. Puyol batió a Valdés

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<b>EXPULSADO. </b>Clos enseña la roja a Ibrahimovic.
EXPULSADO. Clos enseña la roja a Ibrahimovic.

Dicen que un maestro nunca acaba de enseñárselo todo a un alumno, aunque sea el más aventajado de todos, aunque sea más brillante que uno mismo. Quizá la mejor prueba de ello es Lillo, que dio una última lección a su íntimo discípulo Pep Guardiola. El catalán dice que los dibujos tácticos son mentira. Lillo demostró que se equivoca. Hizo de su Almería un cuadro abstracto, con cambio de esquema y de cromos, con blindajes que huyen de la filosofía que propaga pero que resultaron tremendamente útiles para arrancar un empate al campeón. El Barça da síntomas de debilidad, le falta garra y pegada. "Ay, Etoo", suspirarían algunos. Este Barcelona, al que se elevó a la categoría de divinidad también tiene defectos. Es como los dioses griegos. Poderosos, pero sin el prefijo todo- por delante. Con algunas de las taras que identifican a los humanos.

El Barcelona no pudo descifrar el galimatías de Lillo, que se encontró con el 1-0. Un córner ensayado de Bernardello dio lugar al tanto de Cisma, que superó a Puyol. Otro titán que mostró su cara más humana ayer. Luego, ambos equipos firmaron un acuerdo tácito. Balón para el Barça, contras para el Almería.

Guardiola repitió la fórmula que usó ante el Málaga, el 4-2-3-1. Para no creer en ello, era un dibujo fácilmente identificable. Con Messi por detrás de Ibra e Iniesta en un costado. Tuvo balón, pero no golpeo. Y lo que llegaba fue abortado por Diego Alves, brillante ayer.

Pero Clos Gómez quiso interrumpir el duelo de ajedrez entre los dos amigos. Primero mandó a la grada a Guardiola por reclamar un penalti (que no fue). Pitó una cesión imposible de M'bami a Alves y luego obvió una similar de Touré a Valdés. También dos faltas inexistentes en la frontal del área del Almería. La segunda fue de Bernardello a Ibrahimovic. Si hubo algo, quizás sería lo contrario. La ocasión la puso Clos, pero el magisterio fue de Messi, que marcó un golazo lleno de sutileza. Eso enervó al Mediterráneo. El público gritó "¡Villarato, Villarato!" y despidió al colegiado con una pitada monumental, nunca vista en Almería.

Curioso lo de Clos, que retrasó el partido porque al Almería se le ocurrió la infeliz idea de ser solidario con los afectados por el terremoto de Chile. Tomamos aire y volvemos al fútbol... Lillo siguió con su plan. El bloque en la cueva y los rápidos a matar a la contra. Así llegó el 2-1.

Liderato. Pocas veces se ha visto a un equipo adelantarse por dos veces a este Barça. Puyol hizo que un centro raso de Guilherme terminase en gol. Para colmo de males azulgrana, Ibrahimovic fue expulsado por un tibio golpeo sobre Cisma. Extraña aplicación del árbitro de no sabemos qué ley de compensación. El Barcelona sabía que si no ganaba, el primer puesto estaba a merced del Madrid. Por eso se volcó, desesperado, sobre Diego Alves. Hubo intentos de todo tipo. Sobre todo amparados en Messi. Arrancó las tablas aprovechando un despeje de Guilherme, que vio cómo el karma le quitaba el regalo que le dio ante Puyol. Fue la única forma de batir al acertado Alves. Soriano y Uche rozaron la épica. Sólo la rozaron... "Se nos escaparon vivos". Lillo dixit.