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Liga BBVA | Teberife 1 - Real Madrid 5

El Madrid se suelta el pelo

Tras una primera mitad con más pegada que fútbol, en la segunda reunió juego y goles. Higuaín (2), Kaká, Cristiano y Raúl marcaron. El Tenerife fue valiente.

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<b>UNA PIÑA. </b>Ramos, Higuaín, Marcelo y Cristiano celebran con Kaká el gol marcado por éste en el encuentro de anoche.
UNA PIÑA. Ramos, Higuaín, Marcelo y Cristiano celebran con Kaká el gol marcado por éste en el encuentro de anoche.

El Real Madrid acumula buenas noticias: Higuaín los marca a pares, Kaká regresa de las tinieblas, a Cristiano le dejan tirar los penaltis y hasta Raúl vuelve a marcar. Habrá quien crea en las coincidencias y quien crea en Pellegrini, pero lo cierto es que la plantilla se está reagrupando en vísperas de las grandes batallas, recuperando a unos y estimulando a otros, involucrando a los que juegan y a los que podrían jugar.

Al igual que sucedió con la goleada al Villarreal, los cinco al Tenerife dejan la sensación de que el Real Madrid había estado peleando con una mano atada en la espalda. Así de importante era la ausencia de Kaká. Y aunque es pronto para decir que el brasileño ha confirmado su regreso (aún se equivoca más que acierta), es una evidencia que se está calentando con el fuego del equipo.

Pero Kaká no es la única razón para el entusiasmo. Es la suma de inspiraciones lo que hace del Madrid un equipo sin límites conocidos. Cristiano planeaba disputar el pichichi a Messi y antes se lo deberá pelear a Higuaín. Xabi se entona, Granero madura y Marcelo galopa por la banda sin dejar ninguna puerta abierta a su espalda. O eso parece.

Dicho esto, no hay que olvidar que las goleadas han llegado contra rivales de vocación ofensiva y, por lo tanto, con tendencia a descubrirse. En ese papel se manejó el Tenerife. Fruto de su buen ánimo disfrutó de la primera ocasión a los 50 segundos, cuando Albiol taponó un disparo de Alfaro en boca de gol. Luego comprobamos que en esa jugada se encerraba el drama del Tenerife: el equipo está tan negado ante la portería contraria que los jugadores ya chutan convencidos del fracaso. Y fracasan, claro.

Efectivo.

El Madrid no necesitó grandes brillos para marcharse al descanso con dos goles de ventaja. En el discurrir de un encuentro corriente, Marcelo bailó sobre la pelota e hizo de la ruleta de Zidane un adorno mortal: se libró de un rival y avanzó para asistir a Higuaín. Trece minutos después fue Garay quien encontró el mismo rematador. Otro disparo raso, seco e imparable. Así se las gasta aquel delantero al que un día criticábamos por su falta de puntería.

En la segunda mitad el encuentro se agitó deliciosamente. Para empezar, el árbitro dio por válido un gol en falta de Ayoze, que arrebató el balón de las manos de Casillas. Lo que siguió fue un valeroso zafarrancho del Tenerife que dejó el partido como los sueña el Madrid, con metros por delante, campos llenos de flores.

Kaká marcó casi a continuación y tan buena como la definición fue su incorporación desde la segunda línea. Mientras los locales defendían conmovedoramente su honor, Aragoneses adivinó una vaselina de Cristiano, Higuaín remató al larguero y Kaká se quedaba a un metro del cuarto. Finalmente, lo consiguió el portugués. Fue de penalti y esta vez no hubo quien se lo discutiera.

El poder curativo del Madrid todavía alcanzó para que Raúl marcara el quinto a pase de Van der Vaart. Todos satisfechos, aunque algo menos los del Tenerife. Que se fijen en Higuaín: ya no piensa en el fracaso.

El detalle: Camino del récord de los 107 goles

Con los cinco goles de ayer, el Madrid suma 64 en 24 jornadas. Desde la 89-90, cuando marcó 107 tantos, el equipo blanco no llevaba una cifra semejante a estas alturas. Entonces tenía 69 goles. Los de Pellegrini promedian 2,66 tantos, los que más en las grandes Ligas europeas.