NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Liga BBVA | Tenerife 1 - Mallorca 0

La fiesta fue completa

Nino marca el gol definitivo y tumba al equipo revelación

Manoj Daswani
Actualizado a
<b>GRAN TRIUNFO. </b>Ricardo no estuvo tan participativo como en otros encuentros, pero sí ofreció mucha lucha.
GRAN TRIUNFO. Ricardo no estuvo tan participativo como en otros encuentros, pero sí ofreció mucha lucha.ACAN

En lunes y pleno Carnaval volvió ayer el Tenerife a reencontrarse con la alegría del fútbol, que es la victoria, dos meses más tarde de que abriera una sequía preocupante y desquiciante de decepciones y tropezones. Llegó el triunfo entre mascaritas y disfraces, con una Isla preocupada más de su fiesta grande que de un partido capital, si bien no dejó sola la afición blanquiazul a su equipo ante una cita mayúscula, que se ganó. Fue la noche del cambio en una jornada donde varió casi todo: la fecha del partido -inusual esto de los lunes- así como la suerte del equipo de Oltra y también la puntería de Nino, trascendente con su gol.

Transcurría el partido con dudas comprensibles respecto al rendimiento de los locales, que comparecían al cabo de una racha de trasquilones que minaron su moral y su clasificación. Nadie sabía cuál Tenerife comparecería en este lunes festivo de Carnaval, si el de sus mejores días en el Heliodoro o si aquel que patinó ante Osasuna y antes frente al Zaragoza en su particular día de la angustia. Pero zanjó la cuestión Nino, al que 13 minutos bastaron para llenar de confianza al equipo y empezar a allanar el camino a la victoria.

Bien pudo incrementar su cuenta muy rápido, sólo unos instantes después, si bien el segundo de sus intentos se fue fuera.

Recuperada la templanza a través de la eficacia de su bastión principal, fue el Tenerife un equipo que pareció más sólido que otras veces. Empezando por la cobertura, con un enorme Culebras que reúne méritos para opositar a la titularidad. Normal que se hable de él porque sus apariciones son escasisimas y también porque el Tenerife guardó ayer la meta a cero. Cuota de mérito tuvo en la hazaña otra vez Aragoneses, providencial, quien dice que no tiene edad para disfraces pero ayer, de nuevo, emergió como mesías. Intervenciones escasas pero siempre atinadas, fueron resultado de los ensayos de un Mallorca interminente, a ráfagas, que se achica cuando juega fuera pero sobre todo cuando empieza recibiendo. Fue el caso del partido de ayer.

Retrató el embate a un Tenerife guerrillero y con todo el oficio que otras veces le faltó, pero enfrente también a un adversario con carencias. Es meritorio a todas luces el trabajo de su entrenador y el rendimiento que ofrece un plantel que se ha exprimido al máximo. Pero ayer se le maniató casi por completo y ni siquiera la cirugía de los cambios le bastaron para empatar. Y eso que intentó Manzano redibujar el partido con Webó, Pezzolano y Varela, que mejoraron a un equipo donde, hasta entonces, sólo brillaba Ayoze. Replicó bien a las permutas Oltra, al que le funcionó la apuesta por la serenidad de Richi y el criterio de Ayoze García.