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Copa de África | Exóticos aficionados en las gradas

Menos público, más color

La escasa afluencia se ha compensado con la vistosidad de la grada

Paco Zamora
Actualizado a
<b>DISFRAZADOS. </b>Los aficionados angoleños han dado un gran colorido a las gradas en la CAN, aunque ha habido menos hinchas de equipos rivales que en otras ocasiones.
carlos martínez/agencias

Comparado con la edición en Ghana, en 2008, donde aficionados de Costa de Marfil o Nigeria llenaron y dieron aires de grandeza a los estadios, la afluencia de seguidores en los campos angoleños ha constituido un auténtico fracaso. Hay que empezar señalando que los responsables de conducir el márketing en torno al Campeonato han desperdiciado, una a una, todas las oportunidades para hacer negocios en el máximo torneo de fútbol africano. Con tan solo observar el poco jugo que ha sacado la organización del CAN a Palanquihna, la mascota del Torneo, queda todo dicho.

Poco, muy poco, han trabajado los publicitarios con una mascota excelentemente escogida y diseñada como Palanquinha. Y, ni cuadernos, ni camisetas o globos se han lanzado para los que mas ilusión tenían por el evento -es decir, niños y jóvenes- como recuerdo del paso de cracks del estilo de Etoo, Manucho, Gilberto o Drogba por Angola. Es mas, en Luanda se tiene la plena certeza que objetos como pelucas, trompetas, banderas y camisetas, con los colores negro y rojo de Angola, y que han puesto a la venta zangueiras (vendedores ambulantes) son claramente falsificaciones hechas en Nigeria. Aún así, los aficionados, sobre todo los locales, han dado su colorido a las gradas con varios de estos utensilios y atuendos.

Algunos señalan como causante de la deserción de las aficiones extranjeras a la crisis económica que azota al planeta, y en especial a los países africanos. Otros opinan que el ataque de Cabinda ha espantado a los aficionados que pensaban desplazarse por carretera, y otros creen que los altos precios en alimentación y hostelería del país anfitrión son los directos culpables de que los bulliciosos seguidores de Camerún o las festivas hinchas de Costa de Marfil, capaces de recorrer cientos y cientos de kilómetros en pos de animar a los Elefantes, se hayan quedado en casa, viendo el torneo por televisión. Los pocos que han ido a los estadios, eso sí, han demostrado que el fútbol en África es calor y color.