Costa de Marfil-Ghana: hombres vs niños

Salir a jugar contra Costa de Marfil con tres de los cuatro centrocampistas del último Mundial Sub-20 es pasarse un poco. Sí, fueron campeones, pero enfrente estaban Yayá Touré, Zokora y Tioté, casi nada. Pero Rajevac no se cortó un pelo y Ghana salió con Opoku, Badu y Ayew, más otro joven como Narry, sin experiencia con la absoluta. Demasiado. Eso además del lateral derecho Inkoom, que no es tan fiero como le pintan y ahí están los partidos con el Basilea en la Europa League para comprobarlo. Son 20 años, eso sí. Venía Ghana con la etiqueta de equipo joven y el título del Mundial Sub-20 como estandarte, pero lo de dejar a Gyan en el banquillo fue tremendo. Los hinchas de Ghana aún se están frotando los ojos. Essien, además, estaba lesionado, o eso decían porque entró tras el descanso. No creo que haya sentado muy bien en el país. Ghana salió a defender, y en el primer tiempo parecieron hombres contra niños. Nada alejado de la realidad. Quizá Rajevac estuviese obsesionado por la exhibición de errores defensivos en un amistoso ante Japón. Pero repetir lo de Burkina era imposible, y eso que Costa de Marfil no convence. Juega lento, convencido de su superioridad. Y no va a tener más veces enfrente un equipo de juveniles.