El día en el que Cruyff pensó en Valverde

Fue hace cerca de dos años. Por aquel entonces, Ernesto Valverde dirigía a un Espanyol al que daba gusto ver jugar (brindaron la llegada del 2008 en puestos de Champions League). Plagado de futbolistas de la cantera y reforzado por el compromiso de veteranos de guerra, el extremeño tenía a su equipo muy bien situados (eran terceros), listos para soñar con cosas importantes. Cierto es que una vez se conoció el interés de Johan Cruyff por sus métodos y los elogios eran semanales, los blanquiazules se desinflaron y acabaron sufriendo más de lo esperado. En plena negociación para su renovación como técnico perico, Daniel Sánchez Llibre, presidente españolista, aguardaba con paciencia y en una esquina con poca luminosidad a Joan Laporta, después de que le negara el préstamo de Saviola, descartado por el Barça y que finalmente recaló en el Sevilla.

Valverde fue interrogado por esta circunstancia en más de una ocasión, pero siempre tiró balones fuera. Lógico. Siendo futbolista perico, él y Miquel Soler cambiaron el desaparecido Sarrià por el Camp Nou por cuestión de dinero, el eterno problema del Espanyol. Pero claro, el tiempo y los roles cambiaron y la hinchada perica no hubiese atendido de muy buen grado que su entrenador cambiara de acera. Recibió de buen grado el cariño de Cruyff, el que no le dio mucha bola siendo jugador culé, pero del que, como Guardiola, aprendió lo necesario para plasmar un fútbol vistoso. El tiempo pasó y Valverde vuelve hoy al Camp Nou.