Inglaterra sigue sin parar: 50 partidos en Navidad

El fútbol inglés no descansa durante estas fechas y solamente algunos entrenadores se atreven a criticar una de las tradiciones deportivas más antiguas del país. Los pilares sobre los que se levanta el fútbol británico (la tradición y las finanzas) impiden que cambien las cosas. Durante las fiestas navideñas se celebra el momento más intenso del calendario: dos partidos de liga en cuatro días (solían ser cuatro en diez días) además de un partido de copa el primer fin de semana de enero. En total, se jugarán 50 partidos.

Hay quien cree que el poder de sir Alex Ferguson es ilimitado pero ni él ha sido capaz de variar un ápice las costumbres. "Los entrenadores quieren un descanso invernal", ha dicho esta semana el preparador del Manchester United. "Lo defendí por primera vez cuando llegué aquí en 1986. Y no se ha hecho nada al respecto. Es totalmente ridículo. Somos la única liga de entre las principales que no para".

Sven Goran Eriksson lo intentó mientras era seleccionador y su fracaso ha convencido a Fabio Capello a no levantar la voz pese a estar también en contra. Mark Hughes, entrenador del Manchester City, entiende que es una desventaja para los equipos que participan en Europa: "Los jugadores llegan al periodo crítico de mayo, cuando se ganan los trofeos, y sienten las piernas más pesadas que el resto". El éxito inglés en la liga de campeones parece desmentir este punto, pero el conocido fisioterapeuta del Arsenal, Gary Lewin, está de acuerdo con Hughes: "Un descanso daría a los jugadores más tiempo de recuperación y evitaría graves lesiones en las postrimerías de la temporada".

En la misma línea se expresa Rafa Benítez, el técnico del Liverpool: "Estaría bien que sólo se jugarán dos o tres partidos solamente. Los jugadores no pueden aguantar este ritmo y se producen lesiones inoportunas.

Menos rendimiento. El Pro-Zone, la principal herramienta de análisis de datos de la Premier, ha publicado recientemente un informe que reveló un descenso importante de rendimiento en diciembre, una caída de 20% ciento de la media de la temporada en el trabajo de alta intensidad y un 41% de disminución en la distancia recorrida durante el mes. A finales del XIX las autoridades protestantes impedían que se jugara en días santos, pero consideraban la Navidad como una fiesta pagana heredada de la iglesia católica. Desde entonces se juega por estas fechas: las familias lo agradecen mucho, los jugadores y los entrenadores, bastante menos.