El infierno de Marsella mide el ánimo del Madrid

Liga de Campeones | Marsella - Real Madrid

El infierno de Marsella mide el ánimo del Madrid

El infierno de Marsella mide el ánimo del Madrid

Benzema apunta a suplente. Van der Vaart repite como titular

La lógica más elemental indica que el de hoy será un partido para Cristiano, por aquello de pedir perdón, y para Benzema, por ser francés y conocido verdugo del Olympique. También podría resultar propicio para Lass (parisino) y, llegado el momento, para Raúl, al que nunca faltan razones para entrar en guerra. Para los demás se apunta otro motivo: quien no pise fuerte corre el riesgo de ser volteado por Diawara o Heinze, que son hombres de escasa sutileza.

Pero la lógica no es ley que rija en este mundo. Las fuentes consultadas sugieren que Pellegrini podría repetir el ataque que jugó contra el Almería (Higuaín-Cristiano), lo que significaría la tercera suplencia consecutiva de Benzema. De confirmarse, el entrenador haría prevalecer el castigo sobre la motivación y desmontaría definitivamente la teoría de las rotaciones.

En el resto del once hay que consignar el regreso de Lass al doble pivote, junto a Xabi, y la ausencia de Marcelo, que deja sitio para el mayor rigor táctico de Granero y Van der Vaart, que repite titularidad para disfrazarse de Kaká.

El partido se plantea así: el Olympique está obligado a marcar un mínimo de tres goles para clasificarse y el Madrid necesita desactivar cuanto antes la opción que le deja fuera: caer por 3-0 (o por más de cuatro goles) y que gane el Milán.

La situación es perfecta para que hierva Marsella (850.000 habitantes, 70.000 de origen magrebí) y para que el histórico Vélodrome (60.000 espectadores y diez llegadas del Tour) se declare en zafarrancho.

Prueba de la dificultad del desafío es que el Olympique sólo ha conseguido esta temporada dos resultados que le clasificarían hoy: contra el Nancy (0-3) y ante el Zúrich (6-1).

Pero importa poco la estadística. Se concede más importancia al conjuro, al ejercicio de grandeza de un club que en 16 años (desde su Copa de Europa) sólo ha ganado una intertoto (2005).

Sin duda, será un partido muy diferente al del Bernabéu (3-0). Entonces Niang dejó la buena impresión y Diawara la mala. Hoy se sumarán todos, jugadores y estadio. Contra su ánimo lucha el Madrid.