Siete de siete en Son Moix

Liga BBVA | Mallorca 4 - Real Zaragoza 1

Siete de siete en Son Moix

Siete de siete en Son Moix

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El Mallorca destroza a un Zaragoza vergonzante. A Marcelino se le acaban el crédito y las excusas. Aduriz puso al equipo 2-0 y remataron Mario y Keita

Gregorio Manzano no tiene el cartel ni la propaganda de Marcelino García, pero tiene al Mallorca sexto, pisándole los talones a los grandes. Y doblando en puntos al Zaragoza. Además, nadie le tose en Son Moix: siete partidos, siete triunfos. Todo lo demás es literatura barata, un serial de cuentos chinos a los que ya resulta imposible sostener. El Mallorca de Manzano, al que cada año le quitan a sus tres o cuatro mejores futbolistas, destrozó ayer al Zaragoza de Marcelino, un Zaragoza vergonzante y miserable, que ya ha perdido definitivamente la careta de esa farsa mayúscula que es el fútbol moderno. Ahora mismo el Zaragoza es un cadáver insepulto, sin pulso ni alma. Un equipo en caída libre que ni defiende ni ataca y que no puede ganarle a nadie. La situación es límite, porque ahora la clasificación ya no maquilla la cruda realidad. El descenso está a sólo dos puntos.

Para el Zaragoza y especialmente para Marcelino el pleito de Son Moix no era una final, pero tampoco un partido más. Y el 4-1 y la miserable imagen de la segunda parte dejan al técnico al borde de la destitución, con su continuidad pendiente de los partidos contra Athletic y Real Madrid. Pero el funeral está servido y todo advierte que el Zaragoza volverá a picar carne.

El Zaragoza hizo una primera parte aseadita, gracias sobre todo al empeño inicial de Aduriz por fallarlo todo. Tuvo dos muy claras en el primer cuarto de hora y las envió al limbo con todo a su favor. Esa inoperancia ajena acható el ímpetu del Mallorca y serenó un tanto al Zaragoza, que a la media hora pasó a controlar la situación. O eso parecía. Lo hizo, eso sí, sin grandes alardes, pero con una intención más elevada. Y la prueba es que el Zaragoza tuvo más tiempo el balón (54% por 46% del Mallorca). Y en los tiempos que corren, esto es todo un acontecimiento.

El problema principal fue que toda la ofensiva se quedó en un par de centros de Pennant a los que primero Jorge López y después Gabi pudieron haberles puesto nombre en el marcador. A Aouate, siempre muy seguro, le temblaron las piernas, pero los sustos se le pasaron rápido, porque el Zaragoza ya no se volvió a acercar con verdadero peligro. Rondó el área alguna vez más, pero le faltó claridad y concreción, dos cuestiones básicas para ganar un partido de fútbol.

Y en éstas, el que se adelantó fue el Mallorca. Casi sin querer. Un pelotazo largo y sin mucha fe se lo dejó muy corto Laguardia a López Vallejo y Chori Castro se encontró con un balón franco para servírselo a Aduriz en bandeja. Esa ya no podía fallarla Aduriz. La dejada de cabeza de Laguardia no fue precisamente la mejor del mundo, pero a López Vallejo le faltó decisión para salir. Dios no lo quiera, pero este portero corre el serio riesgo de que algún día se le caiga el larguero en la cabeza. El caso es que entre Laguardia y López Vallejo le dieron al Mallorca una alegría que no esperaba cuando la primera parte empezaba a morir. 1-0. Mazazo anímico terrible. Y enseguida todos a la caseta.

El Mallorca salió al galope tras el descanso y Aduriz, otra vez él, tuvo la sentencia en sus botas, pero solo ante López Vallejo, se le hizo corto el campo. El Zaragoza quiso responder, pero no pudo. Intentó tocar, pero a su fútbol, además de remate, le sigue faltando pausa y combinación. Y le sobran muchos pelotazos. Demasiados.

Como corrían los minutos y nada cambiaba, Marcelino ignoró a Ewerthon y se la jugó con Álex Sánchez en el ataque. Situándolo como referente arriba y dejando a Lafita como media punta, su posición más natural. Pero el Mallorca no se incomodó lo más mínimo. Siguió apretadito atrás, sin conceder nada y lo fió todo al contragolpe. Primero avisó Borja Valero y muy pronto Aduriz puso la sentencia en una acción de manual que cocinó Víctor Casadesús. Ahí ya se cayó definitivamente el Zaragoza, arruinado por sus errores defensivos, en los volvió a ejercer un papel protagonista Ayala, siempre superado a su espalda. En plena debacle llegaron el tercero y el cuarto. Definitivos y definitorios.

El Zaragoza de Marcelino es una nave a la deriva. La situación es tan límite como vergonzante. Algo habrá que hacer.

El Mallorca, siete de siete

El Mallorca logró ayer un nuevo registro para su mejor historia al firmar su séptimo triunfo consecutivo en el Ono Estadi, una racha que ya logró el técnico Gregorio Manzano durante la temporada 2006-07 y entre las jornadas 20ª y 33ª del Campeonato de Liga en Primera División.