El Málaga se mete en un lío

Liga BBVA | Málaga 1 - Osasuna 1

El Málaga se mete en un lío

El Málaga se mete en un lío

P. rodriguez

Masoud aprovechó una de las dos ocasiones de Osasuna. Cuarto empate seguido del Málaga. Gritos contra Muñiz. Penalti no pitado a Baha

El Málaga se hunde. Osasuna respira. Los gritos de "¡Muñiz vete ya!" forman parte del paisaje cotidiano de un equipo que lleva 12 jornadas sin ganar y cuatro seguidas empatando. Paso de tortuga. O de cangrejo. Claro que el mejor espejo donde puede mirarse es su rival de ayer. Acabó la primera vuelta de la pasada campaña con 13 tristes puntos. Y todo el mundo daba por hecho que se iba de cabeza a Segunda. Se salvó. ¡Fue un milagro! La flor de Camacho. Ahora los rojillos miran para arriba. Han sumado fuera de casa cuatro de seis puntos posibles.

El campo, infame, ayudaba más a Osasuna en su propuesta de fútbol físico enfocada a impedir al Málaga pensar, crear y llegar. Es una vergüenza que un equipo de Primera sufra en sus carnes las iras de un césped indigno. Camacho, zorro azul en estas lides, sabía cómo jugar con la necesidad de un rival que arrastraba como penitencia cruel el lastre de tantas jornadas sin sumar de tres en tres. El resultado fue un primer tiempo de bostezo. Ramplón. El Málaga, con una actitud ejemplar y jugadores comprometidos con un entrenador en el que creen sinceramente, pero sin acierto, sin brío y con nervios a flor de piel. Osasuna, con oficio, tablas y paciencia. Poca pegada en ambos y una acción muy protestada por el público: un derribo dentro del área de Sergio sobre Baha a los 13 minutos. Penalti no señalado por Clos Gómez. Esta acción y un gran disparo de Fernando, bien detenido por Ricardo, fue lo poco que se vio con pinta de aspirar a gol. Fernando hizo su mejor partido y por lo menos mostró garra y ganas de tirar de un carro con las ruedas desdentadas.

El segundo acto no pudo comenzar peor para los locales. Balón suelto dentro del área chica. Terrible despiste defensivo que deja solos a Masoud y Aranda. El malagueño asiste de cabeza al iraní y éste marca a placer. 0-1. Se congela La Rosaleda. Minuto 47 y Osasuna tenia el partido donde quería. Con menos no se podía pescar más. Dos ocasiones y un chicharro. Claro que el Málaga no estaba para tirar el champán. Su segundo tiempo fue muy mediocre.

Con el Málaga deslabazado, los navarros amenazaban susto con eléctricas y fugaces contras de Masoud y Camuñas. Dado el panorama, Muñiz quitó del terreno a uno de sus dos mediocentros, Juanito y colocó a un delantero, Edinho que sigue sin aportar todo lo que de él se espera. Estuvo nulo. El juego tendía a ser un frontón. Málaga al borde de la taquicardia, Osasuna, a lo suyo, a dejar correr el reloj. A los 63 minutos Javier Calleja saltó al terreno de juego en sustitución de Javier Camuñas. El público malagueño le recibió con una atronadora ovación. En cierta medida reprocha a la directiva malaguista no haberle retenido. Aquí se le echa de menos.

El tiempo volaba. Y el Málaga, que no entraba por bandas ni sacaba centros dignos de ser rematados se atascaba. Fernando era el único con criterio para seleccionar opciones de hacer sufrir a Ricardo, el hombre tranquilo, 38 años, tablas y experiencia. ¡Un artista! Pero a los 83 minutos. Azpilicueta comete una falta sobre Duda. El excelente lateral de la cantera de Tajonar aburrió al portugués que lleva varias jornadas sin dar la medida de sus excelsas posibilidades (menos en Sevilla donde al menos marcó un gol). Era falta lateral. Apoño tiró de galones (es incuestionable el liderazgo en el campo de este jugador) y chutó a ver qué salía a pesar de que la posición no era la más directa. Pero ya ven. El cuero encontró puerta y se coló entre una maraña de piernas sorprendiendo al asombrado portero madrileño de Osasuna. Era el 1-1. Pequeño respiro para los locales y decepción para los pamploneses que, una vez asumido el disgusto, siguieron a lo suyo. Daban por bueno este empatito que les mantiene en la zona media.

Final triste. Por el espectáculo. Porque el Málaga no podía con las botas y Osasuna se aferraba al punto como Heidi a los Alpes. Y por los gritos de disconformidad de una parte de grada para con el entrenador local son síntomas de crisis. El Málaga está tocado.

El regreso de Javi Calleja

De los jugadores que se han marchado del Málaga es uno de los más añorados, si no el que más, por la parroquia local. Cuando Camacho le sacó fue recibido de manera cariñosa por La Rosaleda. Al terminar el partido fue requerido por muchas personas. En cambio el malagueño Carlos Aranda fue despedido con una fenomenal bronca por la afición local.