Recital con recompensa

Liga BBVA | Tenerife 2 - Sporting 1

Recital con recompensa

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El Tenerife desborda al Sporting El asedio local, culminado con los goles de Ricardo y Nino Oltra, expulsado Las lesiones condicionan a Preciado

El partido tuvo de todo: un posible gol fantasma para empezar, dos derechazos que acabaron en la red (el de Castro y el de Ricardo), expulsión de Oltra, fervor en las aficiones, pitidos a Manolo en su propio estadio (no hay quien lo entienda), un campo lleno y delirio desatado al final. Fue un choque vibrante, intenso y sin tregua. Y aun con tantos ingredientes, fue el Tenerife el que devoró para sí todo el protagonismo y méritos de los noventa minutos . Lo hizo con justicia, también con un juego espectacular, vistosísimo, trepidante. El mismo que le valió al ascenso hace unos meses y que ayer, ante oponente de Primera, desplegaron los de Oltra en auditorio entregado y clima de devoción. Al Heliodoro volvió la magia. O, mejor, se la devolvió un equipo que jugó como los ángeles en veinte minutos impagables. Para enmarcar.

Sea como fuere, tardó el envite en viajar hasta ese clímax en las gradas y en el campo. Nació el choque con dos momentos álgidos. Primero, un cabezazo de Sicilia que se quedó a la altura de la línea de gol como lo hace una moneda cuando gira de canto. No se supo bien si traspasó el balón la raya que lo habría convertido en el 1-0, pero tampoco hubo tiempo para demasiadas indagaciones. Sólo unos segundos hicieron volar la pelota de meta a meta y llevarla hasta la de Aragoneses, al fondo de las mallas, producto de un derechazo descomunal de Castro que turbó al Tenerife. Pagó el cuadro blanquiazul los efectos de verse noqueado por un disparo brutal, de los que no abundan, y así resultó que se quedó como aturdido por minutos y minutos. Todo imprecisiones, no transformaban los jugadores blanquiazules su ímpetu en buen juego. Para eso, hubo que esperar. Para que hubiera más noticias, no. Fue el de ayer un choque que se fue encendiendo con el paso de los minutos y que dejó al Tenerife muy pronto con uno menos... en el banquillo.

Se deciden los encuentros de Primera en pequeños detalles como una falta o un fuera de juego, y en tal discusión se imbuyó Oltra con el cuarto árbitro hasta acabar expulsado. En estado de ebullición el Heliodoro, sirvió el asunto para caldear el ambiente y avivar el partido. Pero no hubo cambios. Siguió el Tenerife nadando en las dudas hasta que el partido cambió.

La segunda parte, descontados los primeros minutos, fue un recital. Y además, con premio. Recompensó el partido con los tres puntos el extraordinario despliegue blanquiazul, comandado por dos sensacionales pivotes erigidos en mariscales. Lo parecieron Mikel y Ricardo, además autor de un tanto decisivo. Tiene especial trascendencia el gol de la igualada porque resultó ser una auténtica espoleta para el Tenerife y para el graderío. Como en sus mejores días, bulló el Rodríguez López hasta convertirse en la catapulta perfecta que llevó a los locales al triunfo. De los visitantes, entretanto, no hubo señales. Condicionados por las bajas de De las Cuevas y Mate Bilic, distaron mucho los de Gijón de parecerse al equipo que oposita con vigor a los puestos europeos. Para el debate queda analizar cuánto influyeron sus contratiempos y deméritos mientras creció y creció el equipo de casa. Mucho tuvieron que ver las permutas en que se pusiera así un partido que se puso eléctrico con la entrada de Ángel. Dejó de ser Nino el elemento aislado que ha parecido en muchos momentos de la temporada e incluso del partido y se erigió en el estilete ofensivo indispensable que es para el Tenerife. Codiciado tantas veces por Preciado, ofreció el almeriense nuevas razones para demostrar que vale. Mucho. También para Primera. Su gol definitivo fue consecuencia de su voracidad y, en general, del hambre de todos.

Rozaron la excelencia de Oltra, a quien el tiempo y la clasificación asisten. Quedan los suyos muy lejos ahora de los puestos de descenso y salen fortalecidos de una jornada para enmarcar. Aquella en la que volvió a ser el Heliodoro el de las tardes felices en Segunda, sólo que ahora en Primera y con un sueño que se acerca. El de que sea el Tenerife protagonista. Nació para serlo... y no concibe lo contrario.

El detalle: la Mareona se dejó notar en el Heliodoro

Casi un millar de seguidores asturianos se desplazaron a Tenerife y dieron color rojiblanco a las gradas del recinto isleño. Con sus cánticos y comportamiento deportivo añadieron más alicientes a un choque que respondió a las expectativas por emoción y goles.