Los festejos por el título del Flamengo contrastan con los disturbios en Curitiba

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Los festejos por el título del Flamengo contrastan con los disturbios en Curitiba

Los festejos por el título del Flamengo contrastan con los disturbios en Curitiba

Los 85.000 aficionados que colmaron hoy el estadio Maracaná celebraron a más no poder la vuelta olímpica del equipo más popular del país, que no ganaba el Campeonato Brasileño desde 1992. Al menos 17 personas, entre ellas tres policías, sufrieron heridas de distinta consideración y fueron ingresadas en hospitales de Curitiba.

La euforia en Río de Janeiro por la celebración del título del Flamengo, después de 17 años de espera, contrastó hoy con el clima de tensión y violencia vivido en Curitiba, donde al menos 17 personas sufrieron heridas por los desmanes de hinchas del Coritiba.

Los 85.000 aficionados que colmaron hoy el estadio Maracaná celebraron a más no poder la vuelta olímpica del equipo más popular del país, que no ganaba el Campeonato Brasileño desde 1992. En las calles y playas de Río de Janeiro coincidieron también, junto a los flamenguistas, los seguidores del Botafogo y del Fluminense, los otros equipos cariocas que sólo en el epílogo del campeonato pudieron asegurar su permanencia en la máxima categoría.

Hasta los hinchas del Vasco da Gama, semanas atrás campeón de la segunda división y que ahora retorna a la elite del fútbol brasileño, se unieron a los festejos para completar la felicidad de los cuatro principales equipos de Río de Janeiro.

Sin embargo, ya avanzada la noche, barras del Flamengo que celebraban el título en las calles del barrio carioca de Leblón se enfrentaron entre sí con palos y objetos metálicos, pero la policía no ha informado todavía sobre heridos o detenidos.

Las peleas entre hinchas del Flamengo no tuvieron, sin embargo, la gravedad de los hechos registrados en Curitiba, donde los aficionados invadieron la cancha del estadio Couto Pereira y destrozaron todo lo que pudieron al finalizar el partido entre el equipo local, el Coritiba, y el Fluminense, que terminó empatado a uno y sentenció el descenso de los anfitriones.

Los árbitros fueron agredidos y un policía que fue golpeado por un objeto lanzado desde la tribuna tuvo que ser retirado inconsciente en un helicóptero policial que aterrizó sobre el césped.

La acción de las fuerzas de seguridad tuvo que ser reforzada para dispersar a los enfurecidos hinchas del Coritiba, que convirtieron en campo de batalla el estadio y luego continuaron con desmanes en las calles aledañas al escenario deportivo. Los policías llegaron a disparar balas de goma dentro del estadio para controlar a los vándalos que inclusive arrancaron algunas de las sillas de la grada para lanzarlas contra los agentes del orden.

La delegación del Fluminense y los directivos del equipo local tuvieron dificultades para llegar hasta los camerinos al finalizar el partido y para abandonar luego el estadio fue necesaria una fuerte escolta policial.

Al menos 17 personas, entre ellas tres policías, sufrieron heridas de distinta consideración y fueron ingresadas en hospitales de la ciudad, según la edición digital del diario Gazeta do Povo. Otros medios señalaron que hinchas del Coritiba apedrearon la casa que Cuca, técnico del Fluminense, tiene en la ciudad, capital del estado de Paraná, de donde es oriundo.

"Estoy seguro de que seremos duramente penalizados por lo que ocurrió aquí. Lamentamos mucho esos actos de vandalismo", dijo a periodistas el director de fútbol del Coritiba, Joao Carlos Vialle. Un episodio similar se vivió en el puerto de Santos, donde dos barras organizadas se enfrentaron a policías que impedían su acceso al estadio Vila Belmiro, en el partido en que los locales cayeron 1-2, ante el Cruzeiro.

En Sao Paulo, los hinchas del club del mismo nombre se tuvieron que conformar con el tercer puesto y la céntrica Avenida Paulista, tradicional punto de encuentro para las celebraciones del título de los tres últimos años, esta vez estuvo desolada.

Si la resignación se tomó a los conformados hinchas del Sao Paulo, la tristeza invadió el espíritu de los seguidores del Palmeiras, equipo que fue líder durante 19 jornadas y que con la derrota hoy, por 1-2 en casa del Botafogo, dejó escapar la clasificación para la Copa Libertadores del próximo año.

La disputa de un torneo en la modalidad ''todos contra todos'', sin eliminaciones ni finales, permitió que cuatro equipos (Flamengo, Internacional, Palmeiras y Sao Paulo) llegaran a la emocionante y última jornada con posibilidades de ganar el título.