Cristiano fue capaz de todo ayer. De lo mejor y de lo peor. Hizo de todo. Fue héroe y villano. Angel y demonio. Dio un pase de gol, provocó un penalti, lo falló y luego marcó un gol, provocando la absurda amonestación que sacan por mostrar sus milenarios abdominales. Y como colofón le expulsaron por reaccionar a un puñetazo. De alguna manera, emuló a Juanito. Hasta en el pase de gol a Ramos.

El portugués tuvo un arrepentimiento espontáneo. Y sincero. Estuvo convincente: "Soy humano y también me equivoco". En la zona mixta atendió a todos los medios que se lo solicitaron y el semblante serio y compungido lo tornaba rápido en una sonrisa de niño travieso. Cuando se le cuestionó sobre su bajada de brazos y no celebración del gol de Benzema en el rechace del penalti que marró, fue tajante: "No soporto fallar". Cristiano exteriorizó su preocupación, como el técnico y sus compañeros, por el cuarto de hora en el que el equipo perdió la concentración y el Almería remontó.

El vestuario del Madrid aceptó las disculpas e indultó a su planetario compañero. Casillas, uno de los capitanes, hizo de portavoz del vestuario del Madrid al analizar al expulsión del delantero luso: "Ha sido una acción en caliente que se le debe disculpar. Además, ha pedido perdón de inmediato reconociendo su error". Pepe también sacó la cara por su amigo: "No es fácil lo que tiene que aguantar Cristiano y a veces, como esta noche, es inevitable que salte".

Juanma Ortiz, el jugador del Almería a quien el portugués lanzó la patada, reconoce que le entró duro porque consideró que con el 1-2 no había hecho ninguna filigrana y sintió que con el 4-2 les estaba intentando humillar a base de regates. "Le entré fuerte, es cierto, y él reaccionó de inmediato. Son lances que suelen ocurrir durante el juego".

Roja. Ortiz reconoció que pensó que la amarilla se la había mostrado a él por su entrada y que a Cristiano le habían sacado roja. El acta demostró que la expulsión fue por doble amarilla.

Por su parte, el Bernabéu volvió a señalar a Pellegrini cuando el Almería se puso 1-2. El chileno sacó a Benzema por Van der Vaart y la pitada de los aficionados al cambio fue mayoritaria. Lo mismo ocurrió cuando sacó a Diarra por Marcelo. Pellegrini no convence.