Milito está listo para jugar. El defensa del Barcelona ha recibido en el día de hoy el alta médica por parte de los galenos del club después de estar 580 días de baja.

El argentino se lesionó el 29 de abril de 2008 en el encuentro de vuelta de las semifinales de Liga de Campeones ante el Manchester United. El argentino se operó de una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha el 13 de mayo de ese mismo año, y pasó de nuevo por el quirófano el pasado mes de junio.

Hace unos días, su regreso se hacía casi oficial con su participación en el amistoso que el equipo disputó a modo de entrenamiento ante el Bolívar, aunque ahora tiene ya el visto bueno de los servicios médicos. Por el momento, Guardiola le ha incluido en la lista de convocados para el Mundial de Clubes.

Su recuperación ha estado supervisada por los médicos del club azulgrana, pero también por los doctores de la selección argentina y por Ramón Cugat, el encargado de practicarle las operaciones y de seguir muy de cerca su trabajo de recuperación.

Las recaídas han sido el gran caballo de batalla de Milito, cuyo fichaje frustrado por el Real Madrid en julio de 2003 le convirtió en objeto de debate de la prensa deportiva española.

A lo largo de su larga y sufrida recuperación, varias han sido las ocasiones en las que Milito ha estado tentado de abandonar la pelea y dejar el fútbol, según su entorno más cercano.

Ayudado por sus compañeros y su familia, y sostenido por su pasión deportiva, Milito por fin ve la luz al final del túnel: un simple comunicado oficial del club, de apenas una línea, reseñando que ha recibido el alta médica, supone para Milito mucho más que un comunicado médico. Es el punto final a un año y siete meses de trabajo anónimo y solitario.

Aunque los medios de comunicación intentaron hoy recoger las impresiones de Milito tras confirmarse su alta médica, el defensa argentino prefirió retrasar su comparecencia ante la prensa hasta que dispute sus primeros minutos oficiales después de su lesión.