Fue un triunfo tan cómodo para el Inter como polémico desde la grada (con graves insultos racistas) y desde el banquillo: Jose Mourinho lo vio tan claro, que dos minutos antes de que acabara el partido se acomodó en el vestuario visitante del estadio Dall' Ara. Por entonces los interistas ya habían hecho los deberes. Con Samuel Etoo en el banquillo de inicio, fue Diego Milito el que abrió el marcador mediada la primera parte (22'). Creyeron los interistas que el partido estaba ganado, pero un minuto después, Zalayeta igualó la contienda.

Antes del descanso, Balotelli puso por delante de nuevo a los milaneses (42'), que sentenciaron el partido por mediación de Cambiasso (72').

Los jugadores italianos llegarán esta tarde líderes del Scudetto a Barcelona.